- Rodrigo Ely volvió a ser decisivo ante el Athletic Club en Mendizorroza y su gol, como ya ocurrió el pasado 23 de febrero cuando, también tras una jugada a balón parado botado por Lucas Pérez, logró empujar el cuero al fondo de las mallas de la portería de Unai Simón. Aquella vez lo celebró por todo lo alto, fundiéndose en una piña con el resto del equipo junto a la afición albiazul, pero ayer el tanto le supo todavía mejor si cabe, ya que pasaba por un momento difícil después del fallo en el gol de Soldado contra el Granada, que lo relegó el banquillo. Lo celebró mandando callar a todos aquellos que han cuestionado su rendimiento desde entonces.

La penitencia del italobrasileño comenzó en la segunda jornada de liga. Ely, al igual que en el estreno contra el Betis, partió como titular, acompañado de Laguardia y el recién llegado Florian Lejeune. Sin embargo, al minuto 7 de partido, no llegó bien al corte en un balón largo del Granada y se vio totalmente superado en velocidad por Roberto Soldado, que definió a placer y adelantó al conjunto nazarí. En el descanso, Pablo Machín decidió dejarlo en el banquillo, señalándolo como culpable, e introducir a Ximo Navarro al terreno de juego. Desde entonces, no ha vuelto a contar con Ely y Lejeune ha sido el encargado de acompañar a Laguardia en el centro de la zaga con la formación 4-4-2. Ayer, con un dibujo de tres centrales en ataque y cuatro defensores en tareas de contención, Ely volvió a ver el inicio del encuentro desde el banquillo, sin demasiadas esperanzas de poder participar.

Sin embargo, todo cambió en la segunda mitad, cuando Laguardia se torció el tobillo en un choque con Edgar Méndez, que cayó encima del central maño. Machín llamó rápidamente a calentar a Rodrigo Ely y Laguardia aguantó todo lo que pudo en el terreno de juego a pesar del dolor para permitir que Ely tuviera tiempo para entrar en calor en la banda. Diez minutos después del choque, el aragonés no pudo seguir más y Ely lo sustituyó en el centro de la zaga. Al poco tiempo de ingresar, Lucas Pérez colgó un libre directo cerrado desde el pico del área y Ely, superando a Iñaki Williams en el salto, peinó el balón con la fuerza justa para que cambiara su trayectoria y entrara rozando el segundo palo, allí donde Unai Simón no podía llegar. El tanto seguro que hizo revivir a más de un alavesista el último duelo contra el Athletic que tuvo lugar en Mendizorroza el pasado 23 de febrero, poco antes de que se decretara el estado de alarma. En aquella ocasión, los leones se adelantaron en el marcador y Lucas Pérez igualó el encuentro desde el punto de penalti y, cuando parecía que ambos firmaban el empate, Ely remató un centro de Lucas con la puntera para darle la victoria al Alavés en el descuento. Ayer no dudó en llevarse el dedo a los labios y señalar al rincón en el que se sitúan los periodistas, mandando callar.

Más allá de su polémico gesto, el tanto anotado ayer es una gran noticia tanto para los intereses del defensor italobrasileño como para los intereses del Deportivo Alavés. Es difícil medir la gravedad de la lesión sufrida ayer por Laguardia, pero si el tobillo le impide jugar durante un tiempo, la entidad albiazul va a necesitar la mejor versión de Ely para poder seguir sumando puntos. Eso sí, el parón por compromisos internacionales le va a dar dos semanas de margen a Laguardia antes del siguiente partido oficial contra el Elche para poder recuperarse completamente de su lesión.

El italobrasileño hizo el gesto de mandar callar y señaló al rincón en el que se sitúan los medios de comunicación tras anotar el tanto