El inglés Lewis Hamilton (Mercedes), líder del Mundial de Fórmula Uno, saldrá primero este domingo en el debutante Gran Premio de la Toscana, el noveno del año, después de elevar a 95 su propia plusmarca histórica de 'poles' en la categoría reina del automovilismo en el circuito italiano de Mugello.

Después de los ríos de tinta vertidos sobre las hipotéticas consecuencias del fin del 'modo fiesta' -mapas de motor más agresivos durante unas vueltas- en calificación, Hamilton prolongó su 'party mode' personal y repitió, la 'pole' de Monza, una semana después, en la pista situada a 35 kilómetros de Florencia. Cuyos 5.245 metros cubrió en un minuto, quince segundos y 144 milésimas, 29 menos que su compañero finlandés Valtteri Bottas; que saldrá junto a él desde la 'enésima' primera fila íntegra de Mercedes.

En una carrera que el español Carlos Sainz (McLaren) afrontará desde la novena plaza; dos puestos por detrás del mexicano Sergio Pérez, que el miércoles anunció que el año que viene no seguirá en Racing Point.

Por detrás de los Mercedes se ordenaron los Red Bull, con Max Verstappen, de nuevo como el único que se aproximó a las 'flechas de plata' -de negro este año, contra el racismo-, a 365 milésimas del séxtuple campeón mundial inglés. La joven estrella holandesa saldrá desde la tercera plaza, en la segunda fila, al lado de su compañero tailandés Alexander Albon, que se quedó a ocho décimas del espectacular y excéntrico campeón de Stevenage.

A partir de ahí, nadie se acercó a menos de un segundo del astro inglés. Pista nueva -Mugello debuta en el Mundial de F1-; medidas nuevas -hay público en la Toscana, donde se pusieron a la venta 3.000 entradas-, pero en el campeonato del covid-19 todo sigue exactamente igual que estaba.

Mercedes disfruta de forma placentera su séptimo año de tiranía deportiva aplastante y Hamilton, que este año busca igualar los siete títulos que hasta la fecha sólo ha ganado el alemán Michael Schumacher, podría festejar este domingo su triunfo número 90 en la división de honor del motor. Quedándose a tiro de uno del otro gran récord histórico del 'Kaiser'.

El inglés -que lidera con 47 puntos sobre Bottas y 54 respecto a 'Mad Max'- intentará aplacar en Mugello la 'revolución' de Monza, donde, por primera vez desde Hungría 2012, no subió al podio ningún piloto ni de Mercedes, ni de Red Bull, ni de Ferrari. La escudería más laureada de la historia; que en Mugello celebra su Gran Premio número 1.000 con el coche pintado de rojo bermellón (como el primero con el que corrieron, en Mónaco de 1950) con muy poco que festejar en lo que va de temporada.

El monegasco Charles Leclerc salvó la honrilla de la 'Scuderia' -que no puntuó ni en Spa, ni en Monza- con su quinto puesto en una crono que el alemán Sebastian Vettel, que en 2021 se quedará con el asiento del mexicano Sergio Pérez en lo que será Aston Martin, acabó decimocuarto.

El primero en caer fue el francés Pierre Gasly (Alpha Tauri), que el pasado domingo festejó, al ganar el Gran Premio de Italia, su primer triunfo en Fórmula Uno. El mismo día que Sainz perfeccionó su mejor puesto, al acabar segundo; y que el canadiense Lance Stroll, el compañero de 'Checo', repitió mejor resultado al acabar tercero.

Stroll se beneficiará de la sanción a Pérez -que pierde un puesto por chocarse a la salida del 'pit lane' con el finlandés Kimi Raikkonen (Alfa Romeo) en el segundo entrenamiento del viernes- y, al intercambiar posiciones, arrancará sexto. El puesto en el que acabó la calificación 'Checo', que largará desde la cuarta fila al lado del australiano Daniel Ricciardo (Renault), octavo este sábado.

Bottas, que había sido el más rápido el viernes, dominó el tercer y último ensayo libre -con ocho centésimas sobre Hamilton-; y también encabezó la primera ronda (Q1) de la cronometrada principal, bajando por primera vez del 'minuto, 16'. Pero a la hora de la verdad, resurgió el insaciable campeón británico, que batió el récord de la pista en la Q2 y lo mejoró casi dos décimas, para dejarlo en 1:15.144, en la tercera y definitiva ronda.

Una ronda en la que ni siquiera tuvieron la oportunidad de mejorar su crono en un segundo intento, que todos tuvieron que abortar debido al accidente del francés Esteban Ocon (Renault), que motivó que ondease la bandera amarilla justo al final. Ocon, que el año que viene será compañero del doble campeón mundial asturiano Fernando Alonso -que en 2021 regresa a la F1 con la escudería con la que festejó sus dos títulos- saldrá décimo, al lado de Sainz, que se conformó con haber llegado a ese acto, en el que no esperaban estar.

El piloto madrileño advirtió, no obstante, de que la carrera, prevista a 59 vueltas, para completar un recorrido de 309,5 kilómetros se hará dura. En un circuito exigente, también en el plano físico. Con curvas rápidas, en el que se prevé calor: la calificación acabó a 29 grados centígrados ambientales y 44 sobre el asfalto.

Y en el que la gestión de las neumáticos, que se pueden degradar más, precisamente, al entrar a fondo en las curvas, puede ser, una vez más, determinante.