- Luka Doncic no había nacido la última vez que los San Antonio Spurs se quedaron fuera de los play offs de la NBA. En realidad, no habían nacido el esloveno ni un 30% de los jugadores actuales de la liga. La ausencia de la franquicia texana -también la de los Golden State Warriors, campeones de tres de las anteriores cuatro temporadas y que se han tomado esta como de barbecho- y la primera presencia del exmadridista de 21 años como líder absoluto de los Dallas Mavericks llaman la atención en el inicio hoy de las eliminatorias de la burbuja, ese escenario ficticio y aislado donde se decidirá el título del covid-19 en los dos próximos meses.
No habrá público y, por tanto, no existe el factor cancha. No habrá viajes, por lo que los jugadores no acumularán cansancio entre partidos. Por más que Los Angeles Lakers y los Milwaukee Bucks hayan dominado sus respectivas conferencias en la temporada regular, todo resulta incierto por las circunstancias, el momento y la igualdad que se presume ya que algunos equipos se han rearmado en la burbuja de Disney y otros se han debilitado.
Los Toronto Raptors salen como defensores del título y con menos consideración general de la que merecen porque no cuentan con una estrella que acapare balones y highlights. La tenían el año pasado con Kawhi Leonard y han seguido ganando sin él, lo que da más valor al trabajo de su cuerpo técnico y al crecimiento de jugadores como Pascal Siakam, Norman Powell o Chris Boucherd para mantener una rotación muy sólida que puede ser clave para llegar lejos de nuevo. Al fin y al cabo, los canadienses son la franquicia que más partidos ha ganado en las últimas cinco temporadas y eso quiere decir que tienen una idea.
Doncic y sus Mavericks se encontrarán en primera ronda con Los Angeles Clippers, a quien muchos consideran, ahora, el principal favorito al anillo por profundidad de plantilla y porque al fin pueden estar todos. Para el esloveno, instalado ya en el estrellato de la NBA, estas eliminatorias deben suponer un paso en su crecimiento ya que sus aspiraciones de llegar lejos están lastradas por su débil defensa colectiva, que tiene que sufrir ante un rival con muchos focos anotadores.
Antes del confinamiento, casi nadie se atrevía a pronosticar una final que no fuera Bucks-Lakers, pero los dos equipos han dejado algunas dudas en la burbuja de Orlando. El propio Giannis Antetekounmpo, que quiere quitarse la espina de la eliminación del año pasado ante los Raptors, ha reconocido que deben mejorar su defensa y sus movimiento de balón. Por su parte, los Lakers tienen que encontrar la manera de que LeBron James, que persigue su quinto anillo, y Anthony Davis se sientan bien rodeados, con jugadores que aprovechen las ventajas que ellos generan. Su tiro exterior está en cuestión y así es difícil ganar en esta NBA.
Que se lo digan a los Houston Rockets, que tienen quizás su última oportunidad con el actual modelo de small-ball llevado al extremo y máxima utilización de los aclarados para James Harden. Los Portland Trail Blazers, los últimos en colarse en las eliminatorias, esperan sorprender si logran estirar el efecto Damian Lillard y los Boston Celtics, a la chita callando, pueden ser alternativa en el Este, aunque necesitan que todas sus piezas funcionen a su máximo nivel al mismo tiempo.