- Jorge Azanza es el director deportivo del Euskaltel Euskadi, labor que compagina con la preparación a nivel físico de gran parte de la plantilla naranja. Aparcadas sus tareas al volante durante la crisis sanitaria, el navarro trabaja ahora sentado frente al ordenador, diseñando planes de entrenamiento con la incertidumbre como punto de partida.

Una situación extraña, ¿no? Lo es en todos los ámbitos, también en el suyo.

-En lo que a nosotros nos toca, el asunto está principalmente en no saber de forma precisa cuándo regresará la competición. Y, por lo tanto, en no saber en qué punto exacto de la preparación nos encontramos. Los ciclistas del equipo están entrenando ahora para mantener un punto de forma, sin que sus niveles lleguen al mínimo. Porque, como te decía, a día de hoy desconocemos qué calendario vamos a tener. Iremos viéndolo sobre la marcha.

Deduzco que toda la condición lograda durante los entrenamientos invernales ya se ha perdido.

-Cuando todo paró, aún no estaba muy claro cuánto duraría la interrupción, así que a lo largo de las dos primeras semanas mantuvimos cierta tensión, para no perder forma y seguir preparados. Luego, en cuanto se vio que el asunto iba para largo, cambiamos de planes e iniciamos un período de descanso y de cargar pilas.

¿Llegaron sus ciclistas a parar del todo?

-Tanto como eso no. Porque se pasan el día metidos en casa y, en esta situación, montarse en el rodillo un rato siempre les va a hacer bien. Pero sí que les llegamos a eliminar esa tensión de ordenarles trabajos específicos mañana y tarde. Fue una época más dedicada al ocio y a utilizar el rodillo para seguir haciendo algo de ejercicio.

¿Van a reiniciar ya los entrenamientos más serios?

-Sí. Porque, poco a poco, van fijándose fechas de regreso y te vas haciendo una idea.

Habrá que esperar al verano para volver a las carreras.

-Si esto terminara reanudándose en agosto, todavía tendríamos algo de margen para andar tranquilos. Pero piensa que, aún habiendo mantenido cierto nivel y habiendo cuidado el peso, el corredor necesita entre seis y ocho semanas para volver a ponerse bien. Y, completado este proceso, necesitará luego ese punto adicional que le da la competición. ¿Que cuándo volverán las carreras? Ya veremos.

Hay noticias que aluden a que los equipos están peleando para que se aumente el cupo de invitaciones a las grandes pruebas, lo que abriría el abanico de opciones para escuadras como el Euskaltel.

-Por un lado, está claro que los equipos Pro Team, los de la segunda categoría, tenemos un menor acceso al calendario World Tour. Y, por otra parte, la UCI ha confirmado que va a dar prioridad a esas competiciones World Tour, a la hora de recuperar carreras aplazadas. En semejante contexto, estaría bien que equipos como el nuestro tuvieran mayor cabida en las grandes pruebas. Se haría así un favor a nuestras estructuras y a nuestros espónsores, porque existe el riesgo de que perdamos mucho calendario. Se está trabajando en ello, pero de momento no hay nada confirmado. Nosotros lo estamos siguiendo muy pendientes.

Ya hay casos de espónsores, CCC por ejemplo, que han cuestionado la viabilidad de sus patrocinios. Y equipos como el Astana han promovido recortes salariales. ¿Qué supone para la Fundación Euskadi que Euskaltel se haya sumado al proyecto?

-Nos da tranquilidad. Fue muy positivo que la entrada de Euskaltel se anunciara durante las semanas previas a la debacle actual. Pero también sabemos que, si esto se alarga en el tiempo, la crisis resultante puede afectar a todas las escalas. Ojalá todo se solucione cuanto antes y, en nuestro caso, podamos volver pronto a las carreras.

Todo se detuvo tras apenas dos meses de temporada. ¿Cuál era su balance?

-Fueron cuatro o cinco vueltas disputadas nada más, lo que nos supo a poco. Pero resultaron suficientes para que quedáramos contentos con la marcha y la dinámica que cogieron los chavales. El equipo estaba funcionando muy bien, y nos quedamos con las ganas de ver cómo se comportaban en lo gordo, que venía ahora.

Los resultados eran buenos.

-Hay que tener en cuenta que, en el arranque de la temporada, el calendario es el que es y toca disputar carreras a las que acuden muy buenos equipos con muy buenas alineaciones: Mallorca, Valencia, Andalucía... Sabemos lo que cuesta ganar en ellas. Y aún así estuvimos cerca, con Lobato y Rubén Fernández logrando buenos puestos, y con el equipo situado siempre entre las tres o cuatro mejores escuadras, dentro de un gran nivel general.

Me dice que ahora venía "lo gordo", con más alternativas en cuanto a calendario y algunas competiciones de perfil más bajo.

-Nuestra preparación iba destinada a que gran parte del equipo estuviera a tope entre mediados de marzo y mayo. Y creo que lo teníamos bien encaminado. Como te comentaba, somos conscientes de lo que cuesta ganar. Pero estoy convencido de que alguna victoria habría llegado.

También esperaba la Itzulia.

-Enseguida íbamos a regresar al World Tour en Catalunya. Y sí. Luego venía la Itzulia, que era especial por todo. Por estrenar en casa el regreso de Euskaltel. Por dar de nuevo presencia al color naranja en la carrera. Y por la competición en sí misma. Estábamos todos con muchas ganas.

¿Cuáles son sus sensaciones respecto a la temporada en su conjunto? ¿Realmente volverá la competición?

-Los últimos anuncios prevén que las carreras puedan regresar en verano, a finales de julio o en agosto, y que después la temporada se alargue hasta bien entrado noviembre. Apenas tendríamos un mes de vacaciones, en diciembre. Y luego vuelta a empezar. Pero ahora mismo resulta difícil hacer pronósticos, porque la situación en todo el mundo es muy delicada.

"Nos da tranquilidad que la entrada de Euskaltel como patrocinador se anunciara durante las semanas previas al parón"