MADRID - Teniendo en cuenta la perspectiva (dejar a cinco puntos, seis con el golaverage, al Real Madrid) y su prédica (se declara fanático seguidor del estilo Cruyff), el técnico cántabro Quique Setién ha sido uno de los grandes perjudicados del clásico disputado el pasado domingo en el Santiago Bernabéu. Un partido que sin embargo levantó la moral del madridismo en el momento preciso, tras la derrota en casa ante el Manchester City de Guardiola cuatro días antes en la Liga de Campeones o su errático tránsito por LaLiga Santander.

De haber sido fiel a sus principios (y los de su gurú holandés) habría apostado por un planteamiento más ofensivo, para transmitir al menos su intención de ir decididamente a por la victoria y todo lo que hubiera supuesto, en vez de optar por la cautela protegiéndose con la posesión (una obsesión que está llevando a Setién a la caricatura). El técnico del Barça apostó por un 4-4-2, con una línea de cuatro centrocampistas (Sergio Busquets, De Jong, Arturo Vidal y Arthur Melo), para colapsar la velocidad del Real Madrid, y aunque en la primera parte surtió efecto fue debilitando el ataque azulgrana, demasiado previsible.

Eso si, Leo Messi, que tuvo dos ocasiones muy claras para marcar en la primera parte, pero en ambas sus remates se toparon con Courtois. Luego, el genio argentino estuvo irrelevante. Y sin el protagonismo de Messi el Barça se vuelve hasta vulgar.

Paradójicamente, cuando Setién cambió el dibujo en la segunda parte buscando más vigor ofensivo con el cambio de Vidal por Braithwaite abrió la puerta a la derrota, por el flanco derecho y Vinicius de protagonista pillando a Semedo fuera de sitio y un remate que desvió Piqué, demasiado confiado en la ineficacia del brasileño con la suerte del gol.

Vinicius, a sus 19 años, se convirtió entonces en el futbolista más joven en marcar en un clásico en el siglo XXI superando a Leo Messi y la parroquia del Santiago Bernabéu le perdonó en aquel instante todos los requiebros que había hecho antes para llegar a ninguna parte, y menos al gol.

La pérdida de consistencia en la medular generó muchos problemas al Barcelona, sobre todo porque el partido se volvió loco a raíz del cambio que hizo Setién al dejar más huecos en el centro del campo mientras su refuerzo ofensivo (primero (Braithwate por Vidal en el 69, dos minutos antes del gol de Vinicius y después Ansu Fati por Griezmann en el 81) tuvo un efecto contraproducente.

Si bien generó poco fútbol, el Barça le dio alas al Real Madrid, que tuvo más fe en la victoria y, en el tiempo añadido, Umtiti llegó tarde y Mariano, un proscrito de Zidane, batió a Ter Stegen con un remate cruzado llevando al delirio a la afición madridista. Nada irremediable, podrán argumentar los culés a modo de consuelo, pero de un efecto psicológico evidente. El Real madrid no ganaba en liga al Barcelona en el Santiago Bernabéu desde octubre de 2014 y, como premio añadido, recupera el liderato de LaLiga Santander, el gran objetivo declarado de Zinedine Zidane, otro que sale reforzado por sus apuestas para confrontar al Barça.

Recurrir a Marcelo, tan cuestionado por sus enormes lunares defensivos, le salió bien sobre todo en una jugada que pudo ser clave en el devenir del partido. Marcelo, un minuto antes del gol de Vinicius, le ganó en velocidad al mismísimo Leo Messi e incluso le arrebató el balón cuando el genio argentino se iba franco hacia la portería de Courtois. Marcelo lo celebró con gran alharaca, y a la postre no le faltó razón.

Aún faltan doce jornadas y solo hay un punto de diferencia (más el golaverage particular), y aunque la irregularidad de ambos colosos es evidente parece claro que el Real Madrid ha dado un golpe de audacia en un partido con transcendencia.

Adiós a la temporada

El quirófano como solución. El belga Eden Hazard pasará por el quirófano el próximo jueves en Dallas, tras decidir junto a los médicos del Real Madrid operar la fisura en el peroné distal derecho, que ya le tuvo tres meses apartado de los terrenos de juego y de la que recayó en el Ciudad de Valencia el pasado 22 de febrero. Hazard viajará en las próximas horas a Estados Unidos, prácticamente dice adiós a lo que resta de temporada y su esperanza se centra en llegar en plenitud a la Eurocopa 2020.

Ramos pide al club que recurra la tarjeta roja ante el City. El capitán del Real Madrid espera que el club blanco recurra la expulsión que sufrió por roja directa ante el Manchester City en el Bernabéu en la ida de los octavos de final de la Champions para tener opciones de disputar la vuelta el 17 de marzo. El club estudió la posibilidad de recurrir, pero no no hizo ante el peligro de una sanción mayor.

Eden Hazard será operado en dallas