LOS ÁNGELES - "Si tuviera el poder de volver atrás en el tiempo, jamás lo usaría. Piénsalo. Si no, cada momento por el que pasaste no significaría nada porque siempre podrías volver atrás y repetirlo otra vez. Entonces, perdería su esencia, su belleza. Las cosas tienen un final. Los momentos nunca volverán. Tener el poder de volver atrás y experimentar estas cosas es tonto para mí. Cuando me quite mi última camiseta me sentiré muy en paz, agradecido por estos veinte años que he tenido y listo para irme".
Ocurre muchas veces que las palabras de una gran leyenda adquieren un sentido todavía más elevado, más profundo, cuando cambia el contexto en el que se realizaron y estas pronunciadas por Kobe Bryant en una entrevista en abril de 2016, escasos días antes de su retirada, fueron utilizadas ayer en muchos de los innumerables tributos que recibió a lo largo y ancho del planeta. El mundo del deporte, del cine, de la música, de la política, los aficionados al baloncesto... Las muestras de luto, pesar y reconocimiento ante la pérdida de un icono que trascendió los límites de lo meramente deportivo han sido innumerables desde que se hizo oficial su fallecimiento el domingo, a los 41 años, en un accidente de helicóptero en las cercanías de Los Ángeles que se cobró también la vida de una de sus cuatro hijas, Gianna, de 13 años -se dirigían a un partido de baloncesto que disputaba su equipo- y los otros siete ocupantes del aparato.
Entre tantas y tan variadas muestras de condolencias, convertidas en un goteo incesante, llamaba tanto la atención como sobrecogía el silencio absoluto, al menos hasta la noche de ayer, pasadas ya más de 24 horas del fatal siniestro, por parte de la franquicia de Los Angeles Lakers, la única con la que jugó Bryant durante sus veinte años como profesional y con la que conquistó cinco anillos de campeón. Nada en su página web, ningún mensaje en sus redes sociales. Silencio sepulcral en una organización dolida en su alma que ha perdido a su último gran héroe, a un jugador al que acogieron en 1996 siendo un adolescente y al que despidieron en 2016 convertido en el único jugador de la historia de la NBA al que se le han retirado sus dos números, sus ya eternos 24 y 8. Precisamente, la plantilla angelina se enteró de su muerte mientras volaba de regreso desde Philadelphia, donde habían jugado la noche del sábado y LeBron James había superado a Bryant como tercer máximo anotador de la historia de la liga. Las imágenes de King James llorando nada más aterrizar en Los Ángeles impactaban tanto como ver cómo un jugador de la plantilla, Quinn Cook, acudía como un aficionado más al homenaje que se le tributó en los alrededores del Staples Center.
Por su parte, la NBA decidió que el espectáculo debía continuar y los encuentros del domingo por la noche acabaron disputándose pese a que a la gran mayoría de jugadores y técnicos se les veía visiblemente apesadumbrados. Cada duelo se convirtió en una acumulación de homenajes. Minutos de silencio, ovaciones desde la grada, vídeos con sus mejores imágenes, equipos agotando la primera posesión de 24 segundos y también los 8 para cruzar media cancha simbolizando sus dos números, muchos jugadores con mensajes de duelo escritos en sus zapatillas... Trae Young (Atlanta Hawks) cambió su tradicional dorsal para lucir el 8 y acabó con 45 puntos ante los Washington Wizards, Kyrie Irving (Brooklyn), al que le unía una gran amistad con Kobe, pidió no jugar, Tyson Chandler (Houston) fue grabado llorando a lágrima viva vestido de calle en el banquillo, el Madison Square Garden lució en su exterior los colores de los Lakers y fotos del exjugador... Además, los Dallas Mavericks anunciaron que retirarán el número 24 en su honor y las redes sociales se inundaron de peticiones para que la NBA sustituya su logo, que escenifica la silueta del exjugador Jerry West, y adopte la de Kobe y para que los dos equipos del próximo All Star luzcan los dos números que usó en su carrera...
Neymar dedicándole un gol con el PSG, Nick Kyrgios saliendo al calentamiento previo a su duelo contra Rafa Nadal en el Abierto de Australia luciendo la camiseta angelina, Tiger Woods enterándose de la noticia por su caddie en el pasillo entre el green del hoyo 18 y la sala de firma de tarjetas del Farmers Insurance Open -"no entendía por qué la gente desde la grada me decía gana, hazlo por Mamba; estoy en shock", reconoció después-, pésames de equipos de baloncesto de todo el mundo, también de fútbol, deporte del que era un gran aficionado, el emotivo tributo de las estrellas de la música durante la ceremonia de entrega de los Grammys con Alicia Keys dedicándole una canción... Infinidad de muestras de dolor y respeto que no hacen más que contextualizar la dimensión de la leyenda que los recibe. Un luto planetario.