Vitoria - El Esconzu Gaztedi vivió ayer el día más glorioso de su historia reciente. Tras un titánico ejercicio de supervivencia y contener las brutales embestidas del Kaleido Vigo, el conjunto vitoriano hizo realidad el objetivo que venía persiguiendo desde el inicio de la temporada. El ascenso al grupo A de la División de Honor B, la segunda categoría del rugby a nivel estatal, ya es una maravillosa realidad para los discípuilos entrenados por Miguel Beltrán, que sufrieron de lo lindo en el campus universitario As Lagoas Marcosende para defender la renta de 19 puntos obtenida una semana antes en el choque de ida (36-19) en Gamarra.
Nunca una derrota, en este caso por 21-10, supo más dulce que la cosechada por un Gaztedi que finalmente salvó los muebles pero estuvo a punto de comprometer su sueño tras verse superado en casi todas las fases del duelo por su aguerrido rival. Como cabía esperar ante su situación de necesidad, el Kaleido vendió cara su piel, atacó sin piedad la defensa vitoriana hasta prácticamente el último suspiro y acarició el ensayo que le restaba para haber frustrado las esperanzas alavesas. Con esos cinco puntos y la posterior transformación, la fiesta final en tierras gallegas se habría visto completamente empañada.
La frase pronunciada por Moisés San Mateos al término del encuentro reflejó a la perfección los enormes padecimientos del Gaztedi. “Hoy -por ayer- hemos jugado muy mal, pero ha sido el triunfo del corazón”, reconoció el presidente, visiblemente emocionado y que prácticamente no podía articular palabras tras una gesta que obligará a una importante reestructuración dentro del club. Su presupuesto para esta temporada ha ascendido a 200.000 euros pese a que ni jugadores ni técnicos perciben dinero alguno por jugar, pero dicha cantidad se antoja insuficiente para competir en la División de Honor B.
El ansiado ascenso obligará a buscar más ingresos y subir de forma considerable la partida económica de cara a una próxima campaña mucho más exigente. Los alaveses ya son conscientes de que compartirán grupo con otros seis equipos vascos, entre ellos el Getxo Artea, el AVK Bera Bera o el Babyauto Zarautz RT.
En cuanto al partido en sí, el Gaztedi se adelantó en el marcador tras un tempranero ensayo conseguido por Josu García (3-7), pero el Kaleido reaccionó con celeridad y al descanso ya había conseguido meter el miedo en el cuerpo de los vitorianos (16-10). Con una actitud de lo más contemplativa, el Gaztedi no conseguiría sumar ya ningún punto tras el descanso y a un cuarto de hora para la conclusión vio cómo un nuevo ensayo de los locales le asomaba definitivamente al abismo.
En la recta final, la delantera del conjunto dirigido por Adrián Lago empujó con fuerza. Fueron momentos de agonía y de incertidumbre para un Gaztedi que en ningún instante pudo salir de la línea de 22 metros. Un jugador del Kaleido posó incluso el balón en la línea de gol, pero el colegiado anuló la acción por avant previo (balón adelantado).
El Gaztedi sobrevivió a duras penas gracias a una defensa numantina. Con el pitido final, la alegría se desbordó entre todos los jugadores, el presidente y las decenas de aficionados que se desplazaron hasta Vigo en autobús y coche. Uno de ellos, Josu Carrillo, bailó incluso el aurresku de honor a la conclusión del encuentro. Los primeros festejos se iniciaron ayer mismo en el viaje de vuelta a Vitoria. La plantilla tenía la intención de acudir a la Virgen Blanca para celebrar una gesta que perdurará durante mucho tiempo en la retina de los aficionados al rugby en la capital alavesa.