amorebieta - “¡Arranca, arranca!”, le gritó Eduard Prades. Fue una orden y un empujón anímico. El mejor de los consejo para su liberación. Así se quitó las esposas del olvido Carlos Betancur (Movistar), tres almanaques sin sonrisa después, en la Klasika Primavera. Hace tiempo, demasiado, el sol giraba alrededor de Carlos Betancur. Era 2014. En la París-Niza, la carrera que tantos campeones ha anunciado, disparadero de vencedores del Tour, Betancur se colgó el futuro en la pechera. Al colombiano rubio, alejado del arquetipo de sus compatriotas y enrolado en el equipo francés AG2R, se le señaló como uno de los elegidos para los grandes hitos. Entonces fue el primer colombiano capaz de vencer en la Carrera del Sol. Pionero. En la París-Niza de aquel año puso la tilde. Un curso antes Betancur se subrayó en el Giro de Italia. Fue quinto tras destacar en las clásicas belgas. El ciclista total. Podio en la Flecha Valona y cuarto en la Lieja. El porvenir le esperaba. Llegó entonces el Tour de Francia de 2014. Betancur se negó a disputarlo alegando una dolencia vírica y su equipo le sancionó duramente. Fue el empujón a un desierto, el de la desmemoria. Por él ha deambulado, errático, Betancur, un corredor con enorme potencial, pero intermitente al extremo, ausente en demasiadas ocasiones.
Movistar le incorporó en 2016 con la idea de reconstruirle el ánimo, de rearmarle el instintivo competitivo perdido en los vericuetos de la mente. Una tarea titánica. Respondió al estímulo de la confianza Betancur con dos triunfos, un par de apuntes en Asturias y en Castilla y León, dos victorias que parecían enfocar al colombiano que pudo reinar. Después, poco más se supo de un ciclista lejos de sí mismo. A un viaje lunar del bienestar necesario para competir con filo y voracidad. En Amorebieta, después de una travesía desértica, casi tres años sin victoria, encontró un oasis. Agua para el sediento. “Después de tantos palos que me han dado en muchas ocasiones, ganar aquí en Amorebieta me ayuda y me da una motivación especial para trabajar por los importantes objetivos que vienen”, dijo Betancur, que resolvió el esprint a cuatro para conquistar la dicha. El triunfo de Betancur enlazó con la tradición de la Klasika Primavera. Suponía el festejo de Betancur la quinta muesca consecutiva del Movistar, (la séptima en las últimas ocho ediciones) que evidenció su superioridad una vez más. La jerarquía del único equipo WorldTour que se personó en la salida resultó abrumadora. “Amorebieta es una carrera a la que siempre venimos con muchas ganas y, afortunadamente, hemos sabido trabajar bien como equipo para asegurar la victoria”, analizó Betancur. Autzagane y Muniketa son el patio de juegos del Movistar, que dominó la carrera de punta a punta. Al esprint se personó con Betancur y Prades para combatir a Sergio Higuita (Fundación Euskadi) y Carlos Julián Quintero (Manzana Postobon). Asesorado por Prades, Betancur levantó los dos brazos. El catalán, tercero, festejó la victoria de su compañero con el puño en alto. “Tras pasar Autzagane juntos, teníamos claro que tanto Edu como yo nos lo podíamos jugar al esprint, y la verdad es que lo hemos sabido gestionar bien. Ha sido un excelente trabajo de equipo”, resumió el colombiano. Ambos descarrilaron el ímpetu de Higuita, la punta de lanza de la Fundación Euskadi, y Quintero en una resolución con mayoría colombiana sobre el escenario. Otra certeza del repunte del ciclismo cafetero. “Personalmente jugárnosla con dos colombianos ha sido también bonito. Ese abrazo que les he dado en meta, sobre todo a Higuita, es de ilusión, por el valor que le están dando al ciclismo jóvenes y equipos como ellos”, explicó Betancur. En la Klasika Primavera, que cumplía 65 años gracias al ímprobo esfuerzo de la organización, el imponente Movistar avanzó sus intenciones desde el amanecer. Controló cada palmo del recorrido y situó a sus hombres en todos los nudos gordianos. El último se produjo en la ascensión a Muniketa, donde se despegaron Betancur, Edu Prades, Mikel Bizkarra (Euskadi-Murias), Quintero, Txomin Juaristi (Fundación Euskadi) y Sergio Higuita, que tenían por delante la última subida a Autzagane. Juaristi, el mejor vasco de la carrera, también enlazó. En el descenso se desprendió el entusiasmo de Bizkarra y Juaristi tras completar ambos una gran actuación. En el paso final por Autzagane, el muelle definitivo de la Klasika Primavera, revolotearon Betancur, Prades, Higuita y Quintero. “En la parte final nuestro objetivo era desbancar a Higuita, porque pensábamos que sería el más rápido, aunque Quintero también ha demostrado estar muy fuerte”, recordó Prades. El Movistar mandaba en el tablero. Dos de cuatro. El hábitat ideal. El de siempre. Una tradición. “No queríamos romper la estadística en Amorebieta y hemos podido asegurar otro triunfo”, analizó Prades. De la reunión del autobús a lo más alto del podio, propiedad exclusiva del Movistar. Prades gestionó el desenlace con enorme criterio. Le hizo un hueco a Betancur. Le abrió la puerta al cielo. “Uno u otro teníamos que lograrlo, no podíamos permitirnos perder. Antes de lanzar la llegada le he dejado unos metrillos al ir a rueda suya y le decía: ‘Arranca, arranca’. Eso nos ha valido el triunfo” describió Prades sobre la resolución de la carrera. “Al final, cuando llevas, como Carlos, tiempo sin ganar, necesitas esa confianza para seguir trabajando y conseguir objetivos. Entre todos nos ayudamos para lograrlo”. “¡Arranca, arranca!” y Betancur se descubrió en primavera.
Clasificación
1. Carlos Betancur (Movistar)3h57:03
2. Julián Quintero (Postobon)m.t
3. Eduard Prades (Movistar)m.t.
4. Sergio Higuita (F. Euskadi)m.t.
5. Txomin Juaristi (F. Euskadi)a 3’’
6. Mikel Bizkarra (Euskadi-Murias)a 5’’
7. Mikel Iturria (Euskadi-Murias)a 37’’
8. Carlos Barbero (Movistar)a 2:13
9. Mario González (Euskadi-Murias)m.t.
10. Juan Felipe Osorio (Postobon)m.t.