vitoria - Con un sencillo vídeo en un entorno natural cerca de su casa escenificó ayer Javier Ruiz de Larrinaga su retirada de la competición ciclista el próximo mes de febrero. A sus 39 años Loyo dice adiós al que ha sido su deporte favorito. La edad no perdona y entiende que le ha llegado el momento de colgar la bicicleta. Era algo que desde el verano ya tenía decidido y de hecho su entorno más cercano sabía de su cambio de rumbo desde hace meses. Lo que no pensaba el de Ametzaga es que su anuncio fuera a darse en este momento tan bueno, con otro Campeonato de Euskadi. De hecho, el texto de despedida tuvo que modificarlo una vez lograda la txapela en Beasain el pasado domingo. “Mejor dejarlo así que no andando mal. Soy yo quien toma la decisión y no es por una caída o por falta de patrocinadores. Es la retirada ideal en el momento justo”, contaba ayer por la tarde desde su casa a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. Casualmente coincide en el tiempo con el mejor momento de la temporada para él. Siempre le ha costado coger el punto de forma ideal, pero este año ya se ha dado cuenta de que la edad no perdona y cada campaña resulta más complicado. “Es de ley. Ahora estoy bien y entrenando me encuentro a gusto, pero los primeros meses me resultó más difícil”, reconoce sin rodeos.

Hasta su adiós definitivo le quedan al menos cuatro citas seguras y una quinta que pudiera ser el Mundial de Dinamarca, aunque para estar debe ganarse la confianza del seleccionador nacional. De momento estará este fin de semana en Ormaiztegi, una de sus puebas preferidas. Ahí se despedirá de la afición vasca. Una semana después volará a Galicia para correr el Campeonato de España en Pontevedra. Días después viajará hasta Francia y Holanda para completar sus dos últimas Copas del Mundo, en Pontchateau y Hoogerheide. Si en este tiempo sus resultados y sensaciones son buenas pudiera ganarse una plaza para la cita de Bogense. “Sería el colofón a mi trayectoria, pero sé que debo ganármelo”, asume Ruiz de Larrinaga, quien desde 2008 no se ha perdido ni una sola prueba mundialista logrando en Bieles hace dos años su mejor clasificación, un decimosexto lugar.

Loyo llegó a ser profesional de carretera durante dos temporadas, en 2005 y 2006 defendiendo los colores del Kaiku. Luego, por circunstancias, se recicló al ciclocrós y desde entonces se ha granjeado un palmarés a nivel nacional al alcance de pocos. De hecho, junto a Talamillo y David Seco es el único ciclista que tiene cinco títulos nacionales en la modalidad invernal. Todo empezó en 2009 en Valladolid para continuar los dos años siguientes en Laredo y Zamora. En 2014 se subía a lo más alto del podium de nuevo en este caso en Segorbe y hace tres años repitió en Torrelavega. Parece difícil colocarse en lo más alto del olimpo español y retirarse con un nuevo entorchado en tierras pontevedresas, dado el nivel que viene ofreciendo Felipe Orts, pero nada se puede descartar en una cita de un día y en la que hay tantas circunstancias que rodean a una carrera como esa.

A nivel autonómico la vitrina de Ruiz de Larrinaga acumula cuatro victorias. Se enfundó el maillot de Campeón de Euskadi en Ormaiztegi, en un nevado Izki en 2008, en Izarra en 2014 y el pasado domingo en Beasain. Citas de la Copa de España y otras de menor rango clasificatorio jalonan un envidiable palmarés.

Futuro En un mes ofrecerá los detalles de su retirada y sus planes de futuro. Su idea, en parte, pasa por seguir vinculado de alguna manera a la bicicleta y al ciclocrós en particular. El campus que organizó hace unos meses en Sarria con éxito de participación es un buen botón de lo que puede ser parte de su nueva andadura. Constante y metódico, Javier Ruiz de Larrinaga tiene todavía muchas cosas que enseñar a los jóvenes valores que vienen por detrás. Su buen hacer ha revitalizado en cierta forma una disciplina que hace no muchos años estaba de capa caída.