SANTIAGO - El Real Madrid cumplió ayer con los pronósticos y se jugará la Supercopa Endesa con el Kirolbet Baskonia tras exhibir su mejor baloncesto ante un Monbus Obradoiro que, aunque lo intentó ante su público, acabó sucumbiendo ante el tremendo acierto de un rival que lo bordó tras el descanso (61-81). Los blancos sufrieron más de lo previsto para irse por delante a los vestuarios y rompieron el partido en la reanudación a base de triples y de la mejor versión de Sergio Llull (17 puntos, seis asistencias y 19 de valoración) en un gran tercer cuarto en el que un parcial de 8-28 terminó por minar la resistencia de los anfitriones. Los últimos diez minutos tuvieron poca historia. El argentino Gabriel Deck, que ofreció buenas prest’aciones, subió la diferencia a treinta puntos con ocho minutos por delante, aunque el Obradoiro tiró de orgullo y logró maquillar la paliza con el 61-81 definitivo. - Efe