bilbao - El día de descanso es una bendición en una Vuelta a España abrasada por el calor, despiadado en las nueve etapas disputadas. Ion Izagirre, hijo de la lluvia, el mejor vasco en carrera, trata de recuperar lo mejor posible el organismo para lo que resta de competición desde la zona noble de la clasificación, donde está instalado. “Si estoy ahí es por algo”, dice convencido el de Ormaiztegi, dispuesto para la batalla.
¿Se esperaba estar ahí, en quinto lugar, a estas alturas de la Vuelta?
-Antes de empezar la Vuelta habría firmado esto, estar dónde estoy. No pensaba que estaría donde estoy, pero viendo cómo han ido las etapas, no me ha sorprendido. Estoy bien de piernas y he podido recuperar bien los esfuerzos día a día. Que es lo importante.
Se encuentra a apenas 17 segundos de Simon Yates. ¿Se ve entre los favoritos para conquistar la Vuelta?
-Sí. Si estoy ahí delante es por algo. Si estando con los mejores la condición sigue siendo buena, por qué no pensar en ser de los favoritos. Seguiremos así hasta dónde podamos.
Entiendo que en este punto, usted no se pone límites.
-No. Al final, será el cuerpo el que diga hasta dónde se puede llegar. Iremos hasta dónde se pueda. Si es hasta Madrid, hasta Madrid; y si tiene que ser antes, hasta dónde se pueda.
Le dará moral verse ahí delante.
-Sí, la verdad es que hemos completado nueve etapas y verte tan arriba te da moral. El hecho de verme arriba me motiva. No siento presión, es más bien motivación. Es un aliciente para seguir. También es verdad que creo que queda lo más duro de la Vuelta, como las etapas de Asturias de esta semana, y la de Oiz y las de Andorra de la semana final. Esa última semana será criminal y será importante llegar con buenas piernas y lo más fresco posible a ese momento de la carrera.
¿Quién considera que es el rival a batir?
-No lo sé. Creo que hay mucha igualdad y tal vez no ha habido mucho terreno para hacer diferencias y que alguien se destaque sobre los demás. Tal vez el domingo, la subida a La Covatilla fue la etapa más dura que hemos tenido hasta ahora y llegamos todos bastante parejos. Hubo algunas diferencias, pero no muchas. El Sky fue el que más sufrió y tanto Kwiatkowski como De la Cruz perdieron un tiempo importante. En La Covatilla también se vio que Quintana, Miguel Ángel López y Urán tienen esa facilidad de los escaladores puros y por ahora en la montaña han estado fuertes. Buchmann ha llegado fuerte y ha preparado bien la Vuelta. Es joven y está fresco. Acumula menos días de competición que muchos de nosotros, que llegamos del Tour. Por su parte, el Lotto, con Kruijswijk y Bennett está corriendo muy agresivo y a ambos se les ve muy fuertes.
La ascensión a La Covatilla fue el primer gran examen de la Vuelta. ¿Qué sensaciones le dejó?
-Era el primer gran test para mí y salí contento, aunque en los últimos 500 metros me faltó un poquito. Era un puerto que no conocía. Nunca lo había subido, tenía referencias de ver algún vídeo. Me vi bien en un puerto exigente, pero en el que no se podía hacer mucho daño por el viento que entraba.
Da la impresión de que a estas alturas de temporada nadie va sobrado de fuerzas.
-Sí, al final, como he dicho, van pasando los días y los kilómetros y eso nota. La dureza y el calor están haciendo mella. Pasan factura. Las fuerzas van mermando y se trata de recuperar bien. Esa puede ser la clave.
¿Cómo resumiría este primer tramo de la Vuelta?
-Bueno, ya han pasado nueve etapas, con jornadas duras, con calor, con llegadas en alto y me he visto bien. Estoy a pocos segundos del liderato, así que en ese aspecto, estoy muy bien, contento. Añadiría que el calor está pasando mucha factura. Esperamos recuperar muy bien para coger con ganas la segunda semana de competición. Lo que queda es muy duro.
¿Cómo ha llevado la recuperación con jornadas tan calurosas?
-La verdad es que lo he llevado bien a pesar de no ser amigo del calor. Tenía un poco de recelo por cómo me iba a afectar el calor, pero afortunadamente he podido recuperar bien día a día. Ya sabemos qué temperaturas hay en agosto, pero bueno, lo he llevado mejor de lo que pensaba hasta ahora.
Esta semana la Vuelta entra en Asturias, donde el viernes, el sábado y el domingo se encadenan tres finales en alto, entre ellos la ascensión a La Camperona y los Lagos de Covadonga...
-Son tres llegadas en alto consecutivas y creo que serán tres etapas decisivas para la Vuelta. Espero seguir luchando con los mejores de la general. En las etapas de Asturias se harán diferencias y se aclararán las posiciones de la general, aunque luego queden Oiz y las etapas en Andorra, pero en esos tres días se verá un poco quién tiene opciones reales de ganar la carrera y quién no.
¿Cuál es su objetivo para esta semana?
-Me gustaría estar lo más cerca posible del liderato. Quiero luchar. Me conformaría con seguir estando con los mejores. Por ahora miro el día a día, veo que estoy bien y quiero seguir así y recuperar bien porque quedan muchos días de carrera.
En su equipo está Vincenzo Nibali, pero usted es el líder. ¿Cómo lo lleva?
-No me importa coger la responsabilidad, lo llevo bien. Hay que cogerla y punto. Mientras las piernas vayan bien, el equipo te apoya. En ese aspecto me siento muy arropado y no noto ninguna presión.