gasteiz ? Óscar Romero cumplió su sueño de finalizar el Dakar. El caracolero fue uno de los supervivientes de una de las ediciones más duras de los últimos años. Sin embargo, un pequeño lunar ronda en su cabeza. Disfrutó de la dureza, pero varios problemas le impidieron competir al máximo de sus posibilidades.

¿Qué tal se siente una vez terminado su primer Dakar?

?Estoy contento, pero no me ha salido el rally como me gustaría. He tenido muchos problemas y he estado atrás en la clasificación. Sin embargo, en esta carrera toca conformarse con cómo van saliendo las cosas. Cambiar los objetivos y en vez de mirar a la clasificación, intentar llegar.

¿Cómo se sintió al cruzar la línea de meta final en Córdoba?

?Los sentimientos tampoco fueron muy distintos a los de otras ocasiones. Cuando vine a la carrera, tenía claro que mi objetivo no era acabarla, era competir, tratar de estar en la tabla lo más arriba posible. Desde el primer día, que metí la pata y me metieron dos horas de sanción, estuve atrás. Luego tuve muchos problemas mecánicos, cada día me pasó algo. Tuve que cambiar el objetivo, tomármelo con más calma e intentar acabar.

Una sensación agridulce.

?Eso es. Era un objetivo que tenía en la cabeza y lo he conseguido cumplir. Estoy satisfecho, pero sí que me hubiese gustado pelear por puestos, del 30 o así. En esta carrera hay que conformarse con lo que hay. Es muy dura y este año ha sido cañera.

¿Pensó en alguien cuando finalizó el Dakar?

?En mi padre. Falleció hace dos años y él es el que me metió en el mundo de las motos. Va por él. Luego tengo que agradecérselo a mi familia, amigos, gente del pueblo, patrocinadores? sin ellos no hubiera sido posible estar aquí.

¿Cuáles fueron los principales problemas que ha vivido en el Dakar?

?En la prólogo, que fue de 30 kilómetros, me salté un punto de control y tuve dos horas de penalización. Con eso me fui muy atrás en la tabla. Luego tuve muchos problemas mecánicos. Me falló la inyección y me quedé parado en la pista, a partir de ahí me costó hacer la especial una barbaridad. Tuvimos problemas de embrague, se nos rompió un día la cadena y en un enlace se rompió el radiador del agua, por lo que tuve que hacer toda la especial sin agua y pilotando con mucha calma, con el corazón en un puño todo el día. Fueron pequeños problemas que me retrasaron y no me dejaron disfrutar como me hubiera gustado.

¿Y físicamente ha sufrido algún incidente?

?Sí, el año pasado me rompí el tobillo derecho y en una etapa se me retorció. Fui con un dolor tremendo, con miedo a apoyar el tobillo y cuando tenía que zapatear, en vez de hacerlo, me tiraba directamente al suelo para no dañar el tobillo. El día a día ha sido muy duro y ha habido etapas de catorce horas sobre la moto.

Estar tan atrás le haría convivir con pilotos más lentos que usted.

?Eso es un hándicap. Lo primero porque van más lentos y te echan polvo. Luego, porque se confunden y cuando llegan a los cruces pueden crearte la duda. Aun así, tampoco eso me ha hecho perder demasiado tiempo.

¿Qué le ayudo a superar esos problemas?

?Sobre todo una foto que llevo de mi padre y otra de mi familia. Todo el día iba hablando con ellos y cuando tenía apuros o me había caído, me ponía a hablar con ellos. Eran mi apoyo cuando no sabía qué hacer.

¿Realmente ha sido el Dakar más duro de los últimos años?

?La gente se estaba quejando de que años atrás estaba perdiendo la dureza y este año le han dado una vuelta de tuerca. Nos quitaron dos etapas, eso nos ayudó, pero en general ha sido un rally muy duro.

Antes de partir declaró que esperaba, incluso quería, un Dakar lleno de dureza. ¿Este Dakar ha cumplido sus expectativas?

?La dureza del Dakar ha cumplido mis expectativas de sobra. Las etapas de Perú fueron las que más me gustaron. Todas fuera de pista y con arena, allí disfrute. Luego, cuando entramos a Bolivia ya fue otra cosa, con el cambio de temperatura y el frío.

Habla de disfrutar, ¿se puede lograr eso en una prueba tan dura como la del Dakar?

?Sí, en el Dakar claro que disfrutas. Los que venimos aquí lo hacemos para andar en moto y hacer lo que nos gusta. Cuando nos ponen un reto de pasar un cordón de dunas blanditas, al acabarlo es una gran satisfacción. Se disfruta cumpliendo los objetivos día a día y cuando más difíciles son, más nos reconforta.

En ese escenario, ¿qué tal se ha comportado su moto?

?La moto de manejo ha ido bien, pero de funcionamiento hemos pecado al venir con una moto poco probada. Es una moto de fabricación artesana, muy bien hecha, pero que había que andar más con ella para encontrarle los problemas. Aquí está claro. La clave es comprar una KTM nueva y olvidarse de todo.

¿Le ha sorprendido algo en esta edición?

?La anterior vez era todo más fácil. La navegación fue más sencilla y había más pistas. Este año ha habido muchos kilómetros fuera de pista, más navegación. Ha estado entretenido y ha sido más bonita la carrera. l