BILBAO. Txikon se apoyará, en su nueva aventura, "en un grupo muy reducido de colaboradores" entre los que estará el pakistaní Alí Sadpara, que ya le acompañó en 2016 en la exitosa subida invernal, también sin oxígeno, al Nanga Parbat (8.125 metros).
El Everest sólo ha sido conquistado en invierno en 1980 por los polacos Krysztof Wielicki y Leszek Cichy, aunque en su caso utilizaron oxígeno embotellado en la subida para alcanzar la cima de la montaña más alta del mundo.
Txikón, con la experiencia adquirida el año pasado, ha asegurado que en este segundo intento va a tratar de realizar un "alpinismo controlado" y de "minimizar riesgos" dentro de una durísimas condiciones que en esta época pueden llegar a enfrentarles a temperaturas mínimas de 60 grados bajo cero y vientos de hasta 150 kilómetros por hora.
Los expedicionarios tienen previsto iniciar la marcha de aproximación el día 26 para alcanzar el campo base del Everest "entre el 1 y el 3 de enero" y a partir de esa fecha iniciar la aclimatación y "analizar la situación".
"Trataremos de no meternos tanta carga. Será clave no trabajar nueve días seguidos, como el año pasado, y desgastarnos menos en las cotas mas bajas para guardar fuerzas para arriba", ha subrayado Txikon, quien reconoce que "el principal peligro", el que "disminuye las opciones" de éxito, será el viento.
El equipo de Txikon filmará la expedición completa con la intención de "transmitir el lado más humano" de la aventura "y tratar de conseguir que el espectador llegue a sentirse parte de la odisea".