Hace unos días este periódico reflejó la situación que vive el equipo juvenil de División de Honor del Deportivo Alavés, en el que un entrenador local tiene que poner el carnet para que un tal Dinko Jelicic pueda dirigir al equipo. Jelicic es un croata que fichó Querejeta con pompa y boato para ser director de entrenadores y metodología de las categorías inferiores del club. Una iluminación para traer a un menda desconocido de un país de segunda o tercera fila a la meca del fútbol formativo. Uno, que no vive solo de escribir aquí los martes, tiene otra ocupación que le ha permitido conocer a lo largo de los años la valoración de la marca España a nivel fútbol en todo el mundo. Futbolistas, entrenadores y profesionales periféricos (directores de cantera, de metodología...) españoles son demandados en todo el mundo. Les podría enseñar ejemplos en Islandia, Indonesia, Japón. Inglaterra, Emiratos Árabes o China. En el gigante asiático, que tiene a más de 50 millones de practicantes del fútbol, ser buenos en este deporte es una obsesión de estado. Hace ya unos años que el Partido cambió la asignatura obligatoria de Educación Física por fútbol. Para impartir las clases en los colegios, China vino a pescar entrenadores a España. Ese es el nivel de reconocimiento que el fútbol español tiene en todo el planeta. La victoria en el Mundial 2010 y los éxitos en las categorías inferiores son la tarjeta de presentación de la moldeadora de talento más eficiente del mundo. Gigantes como Alemania, Inglaterra o Bélgica han refundado su estructura de base aplicando el paradigma del modelo español. Al pensar si hace falta traer a un croata random uno puede pensar legítimamente que qué coño nos va a enseñar este tipo. Al menda al parecer se le ficha por su trabajo en las categorías inferiores de Croacia. El país que ha producido al mejor centrocampista ofensivo de los últimos quince años lleva trece sin disputar la Eurocopa Sub’21. Solo ha participado en dos ocasiones el Mundial Sub’20 y su techo son los octavos de final. Y en categorías menores han llegado a un par de semifinales de torneos continentales. ¡Y al tipo lo ficha un club de LaLiga! ¿De verdad el país con mejores entrenadores y metodología de fútbol base del mundo tiene que traer a un croata que no ha empatado con nadie para dirigir la estructura? ¿Pero qué milonga es esta? ¿Qué hay detrás de estas contrataciones tan inexplicables? En un lugar con la política de visados de Estados Unidos, Jelicic jamás hubiera podido entrar allí para trabajar. Simplemente no tiene un currículum que no se pueda encontrar por cientos en el país que lo ha recibido.

un club que desprecia su cantera La cuestión de la cantera sigue siendo un tema recurrente, por cierto. En las últimas semanas un par de jugadores teóricamente prometedores han hecho las maletas camino de otros clubes del País Vasco. Yo entiendo perfectamente que un chaval y su familia decidan que el Athletic o la Real Sociedad son mejor (mucho) opción que el Alavés. Esos clubes tienen una estructura de consolidada y altísima colocación en el primer equipo. Siempre que sale la noticia de que algún canterano se marcha salen cuatro mastuerzos a matar al chaval. Que si fuera los que no sienten los colores y ese cuento... No llegan a entender que esto es una decisión de futuro que conviene meditar, no a golpe de tuit precisamente. ¿Quién querría para su hijo un club que desprecia la cantera (y en muchos casos a sus jugadores de base) y coloca un jugador en el primer equipo por década? Mikel Vesga es un gran ejemplo de correr y no mirar atrás. También es un espejo para futbolistas vitorianos que estén en su misma situación. Un gran conocedor del Athletic me comentaba un día que no lo veían en el club como material del primer equipo. Parece que Vesga ha superado las expectativas puestas sobre él en Bilbao. La estructura de un Athletic que le ha permitido quemar etapas a su tiempo, un entrenador que ha apostado siempre por él y sus buenas decisiones en momentos clave le han llevado hasta ese punto. Aquí la alternativa parece ser que te entrene un croata sin carnet al que han puesto a dirigir la cantera a dedo. Cualquiera que tenga la oportunidad seguirá haciendo las maletas en cuanto se le presente la oportunidad. Y no será culpa del chaval, ni de sus padres, ni de la ETB.