San Juan escribió este fin de semana su nombre con letras de oro en la historia del remo. Las Batelerak tiñeron de rosa todos los registros al convertirse en la primera trainera en conquistar cuatro Ligas Euskotren de forma consecutiva. Lo hicieron con un dominio abrumador, dejando a sus rivales que apenas pudieran degustar el sabor de la victoria. Solo Hibaika pudo ondear una única bandera, el resto fue para San Juan. Campeonas históricas en una temporada para el recuerdo. Lo hicieron además con un cambio de ciclo. Maialen Arrazola se hizo cargo del equipo sustituyendo a Juan Mari Etxabe y lejos de cambiar la dinámica de los últimos años, la hegemonía sanjuandarra no hizo nada más que crecer. Pero el remo femenino no solo vive de la máxima competición. La embarcación rosa también conquistó la Liga Gipuzkoana y ahora mira con mucha motivación a la Bandera de La Concha, la última prueba para firmar una temporada prácticamente perfecta.
Las banderas cayeron una tras otra esta temporada. Las patronas sanjuandarras ondearon una y otra vez los premios con fuerza. El éxito no paró de acompañar a San Juan durante esta Liga Euskotren. “La verdad es que no nos podemos quejar. Todo ha ido muy bien. Sabíamos que podíamos hacer un buen trabajo esta temporada y, con la ayuda del club, todo ha ido muy bien”, explica Arrazola, que destaca la labor de una persona que también fue clave en la consecución del último título: “Anartz Gereño está en un segundo plano, pero realmente somos los dos los que llevamos el equipo y también tengo que agradecerle su ayuda”. Aunque San Juan no solo vive del esfuerzo del club, detrás tiene un pueblo apasionado por el remo, lo viven y cada semana se viste de rosa para apoyar a todas sus traineras. “El pueblo nos anima todos los días y sin ellos no sería lo mismo. San Juan está a tope con nosotras y con los chicos. El pueblo vive mucho el remo y eso se nota”, agradece.
La consecución de este título supuso para San Juan convertirse en la trainera con más victorias en la general de la Liga Euskotren. Ha firmado siete triunfos en regatas de la Liga, equivalentes a seis banderas teniendo en cuenta la doble jornada de la Bandera de Zarautz, y diez en la Liga de Gipuzkoa. Un hecho para resaltar, pero que todavía no cala dentro del grupo de las Batelerak. “Creo que no somos conscientes. Vamos regata a regata y eso de la historia no nos influye ni para bien ni para mal. Tenemos ambición de ganar y de hacerlo cada vez mejor. Eso es lo que nos ha llevado a esto”, cuenta su entrenadora. Los ojos centrados en el presente. El futuro es el objetivo, pero a pesar de todo ello, el pasado no queda olvidado. “Una de las claves es todo el trabajo que se ha hecho en años anteriores. Cuando se decidió hacer la trainera y el seguir manteniendo el mismo bloque, hizo que llegaran los resultados”, declara. Arrazola se hizo cargo de San Juan en plena ola ganadora, con el reto de mantener a la cuadrilla en lo más alto: “El club no me puso ninguna presión, pero sí que existe esa presión de haber ganado otros años. Etxabe hizo un trabajo súper bueno. Igualarlo ya cuesta y nosotros intentamos mantener esa línea que llevó Etxabe”.
En toda historia el protagonista necesita un antagonista. Un rival con el que luchar codo con codo para poder cumplir su objetivo. En la Liga Euskotren, el adversario de San Juan fue Hibaika. Al igual que en la temporada anterior, las de Errenteria se presentaron como una trainera a tener en cuanta, capaz de romper el dominio de las Batelerak. Sin embargo, una vez iniciado el curso poco pudieron hacer. Estuvieron ahí, pero les faltó el remate y la cuadrilla entrenada por Maialen Arrazola no perdonó: “Sabíamos que Hibaika mantenía el bloque del año pasado y con las incorporaciones que hizo justo antes de empezar la liga de traineras, vimos que tenían buen equipo. Pensábamos que Hibaika y nosotras estaríamos peleando y así ha sido. Lo que pasa es que la balanza se inclina más a nuestro lado, pero creo que más o menos el nivel es parecido”, cuenta Arrazola. La diferencia de banderas es abrumadora, pero a la hora de entrar al agua las cosas están más igualadas de lo que marca el palmarés y eso no permite a las sanjuandarras ni un momento de relajación.
a por la guinda del pastel La temporada no se termina con la Liga Euskotren. Ahora, llega el gran reto, el objetivo por el que todos los clubes realizaron su gran apuesta allá por el mes de octubre cuando comenzaron los entrenamientos, la Bandera de La Concha. “La afrontamos con el mismo entusiasmo que hace seis meses. Hemos hecho el invierno con el objetivo de intentar hacerlo lo mejor posible en La Concha y vamos a seguir con el mismo trabajo y sacrificio para intentar ganar”, reconoce. Sería la guinda a un año perfecto. La Triple Corona en su poder. “Sería inmejorable, da vértigo solo con escucharlo”, reconoce Arrazola.