Ordizia - Todos los focos apuntaban a la figura de Adam Yates, hermano de Simon, quien hace solo tres días se subió al podio de París como mejor joven del Tour de Francia. El corredor del Orica buscaba suceder a su hermano en la Ordiziako Klasika, carrera fetiche de su director Neil Stephens, el australiano que lleva años afincado en Oiartzun, que entre 1991 y 1995 ganó la prueba en cuatro ocasiones y que desde el coche, en su rol de jefe, ha visto cómo además de Simon hace un año, Daniel Teklehaimanot se imponía en la prueba guipuzcoana en 2013. Ayer el champán estaba a punto de ser descorchado en el interior del vehículo cuando un grupo de doce corredores absorbió a Adam Yates a escasos 100 metros para la línea de meta. Al británico no le alcanzaron las fuerzas, le faltaron unas pocas pedaladas, las que sí dio Sergey Shilov, brillante en el sprint final, en el que se impuso con autoridad.

En el currículo del ruso asoman un par de borrones en forma de dopaje, el primero de ellos en 2009, por el que fue sancionado dos años, si bien la sanción fue reducida posteriormente, y el segundo a finales de 2016 debido al uso del meldonium, un medicamento prohibido por el que la UCI únicamente le retiró los resultados de la pasada campaña, sin que recibiera ninguna sanción por ello.

Se dio a conocer en el pelotón amateur en 2010 y, curiosamente, también en Gipuzkoa, pues dejó su sello en la Vuelta al Bidasoa, en la que además de hacerse con la general logró una victoria de etapa.

Ayer aprovechó el gran trabajo de Movistar para conseguir la victoria en Ordizia. Una más para añadir a su palmarés, en el que asoman triunfos parciales en la Vuelta a Castilla y León, la Vuelta a Portugal o la Vuelta al Alentejo.

La prueba arrancó con mucho ritmo, tanto que la primera subida a Abaltzisketa dejó el pelotón roto en diversos grupos. Así se formó la escapada del día, muy numerosa, con hasta 23 ciclistas. En el tramo final llegó el ataque de Adam Yates. Contó con una ventaja en torno a los 20 segundos pero el buen entendimiento entre sus perseguidores le dejó con la miel en los labios.Lanzado, el reducido grupo le cogió la rueda y de ahí salió catapultado hacia la línea de meta el ruso Shilov. Imponente en el sprint, no dio opción a ninguno de sus rivales. Pocos metros por detrás de él llegaron Jonathan Lastra, el mejor vasco en la clasificación con su séptimo puesto, Igor Merino (Burgos BH) 12º, y Mikel Iturria, de Euskadi Basque Murias-Taldea, que fue 13º. - A. Martínez