El colombiano Nairo Quintana se descolgó definitivamente de la general del Tour de Francia tras perder casi cuatro minutos en la decimoquinta etapa y situarse a más de seis con respecto al líder, el británico Chris Froome. Mientras, la otra cara de la moneda le corresponde a su compatriota Rigoberto Urán, que se mantuvo entre los mejores e incluso intentó un ataque en los kilómetros finales de la etapa que conducía a Puy-en-Velay.

Quintana vivió un nuevo calvario que le descarta casi definitivamente de la lucha por el podio de París. El ciclista del Movistar se descolgó en el ascenso al Col de Peyra Taillade, una dificultad de primera categoría en la que el equipo AG2R del francés Romain Bardet impuso un ritmo elevado. El Tour se adentraba en tierras del galo, tercero de la general, y el equipo quería sacar diferencias en la primera etapa del Macizo Central. El ataque sirvió para poner de manifiesto que la recuperación mostrada por Quintana en la última etapa pirenaica, en la que fue segundo en Foix, no era más que un espejismo. El colombiano volvió a sentir sobre sus piernas el peso del reciente Giro de Italia y los kilómetros se le fueron clavando, para acabar definitivamente alejado de los mejores. Una vez que perdió contacto con el grupo principal de favoritos, el pupilo de Eusebio Unzué tampoco fue capaz de aguantar la marcha que imprimía Mikel Nieve tirando de Chris Froome, después de que este sufriera un percance mecánico que le hizo no poder seguir junto a los Aru, Urán, Bardet y compañía. El colombiano trató de ponerse a rueda pero apenas resisitió un minuto antes de abrirse de manera definitiva. Quintana es ahora undécimo de la general a 6:16 de Froome y con la moral por los suelos. Su rostro en la meta de Le-Puy-en-Velay lo decía todo. Atrás quedó la esperanzadora sonrisa con la que acabó en Foix y que le habían situado a poco más de dos minutos del maillot amarillo, en la pelea por los puestos importantes y con los Alpes por delante. “Fue una etapa dura, no sigo recuperando. Me he quedado e iremos día tras día. Seguimos luchando, avanzando para adelante sin rendirnos”, señaló el líder el Movistar, tratando de mantener la esperanza.

Quintana aseguró que nunca ha perdido la ambición, pero las fuerzas no le han acompañado en su cuarto Tour, en el que aspiraba a mejorar los dos segundos puestos que hizo en el pasado un año después de haber sido tercero. “Es la cabeza la que manda pero cuando las piernas no responden, no responden. Vamos a seguir luchando a ver qué sale”, señaló el de Boyacá, cuyo destino parece ahora dirigido a buscar una victoria de etapa. Su mirada sigue puesta en la meta del Izoard, un duro puerto que se adapta a sus características a la que se llegará el próximo jueves, el día de Colombia.

La desolación en el equipo Movistar la puso también el otro colombiano enrolado en el Tour, Carlos Betancur, que durante varios kilómetros acompañó a Quintana para minimizar las pérdidas. “No somos máquinas. El ciclismo se toma revanchas y hoy nos ha tocado a nosotros”, afirmó Betancur. Con otro ánimo afronta la carrera Urán, que mantiene el pulso con los mejores. El de Antioquía no perdió en ningún momento el ritmo de los mejores, ni siquiera cuando el líder sufrió un problema mecánico y el AG2R aceleró el grupo de favoritos. Urán, dos veces segundo en el Giro de Italia, está en buena situación para asaltar el podio, del que solo le separan seis segundos, con todos los Alpes por delante.