Aquellos abyectos cánticos con los que los ultras del Betis arremolinados en el fondo sur del estadio Benito Villamarín dedicaron a Rubén Castro sirvieron para propalar incluso entre aquellos a quienes el fútbol les importa un pimiento un caso de malos tratos sobre el que pronto se conocerá su alcance penal. Nos situamos en el mes de febrero de 2015, con el Betis de nuevo en Segunda, pero vislumbrando con esperanza el regreso a la élite gracias a los goles del delantero canario. «¡¡Rubén Castro alé, Rubén Castro alé, no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien...!!», entonaban entonces sin pudor alguno los Supporters Sur, de ideología ultraderechista, ante la indignación del resto del estadio e ignorantes de su trascendencia, pues con su actitud esta legión de lelos le hicieron un flaco favor al jugador.
La reacción de los ultras fue consecuencia de la decisión que por aquellos días había tomado la Fiscalía, solicitando dos años y un mes de cárcel, la mitad de lo que pide ahora, para Rubén Castro por cuatro delitos de maltrato y un quinto delito de amenazas leves hacia su exnovia, considerando que la habría agredido físicamente en cuatro ocasiones y le habría mandado un mensaje de texto amenazante a su teléfono móvil.
El pasado mes de diciembre, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer 3 de Sevilla establecía una fianza de 200.000 euros para el futbolista. Tras la vista celebrada el 26 de mayo en el Juzgado de lo Penal 14 de la capital andaluza la fiscalía elevó su petición y solicitó cuatro años de prisión por ocho delitos, al tiempo que la acusación particular pedía ocho años y nueve meses por once delitos, incluido el de agresión sexual.
Un lejano destino Y con este panorama y la inminencia de la sentencia, el Betis ha optado por esquivar la tormenta. Porque es bastante probable que el futbolista canario tenga que ingresar en prisión, con la consiguiente convulsión que puede generar en el club sevillano un episodio de semejante magnitud.
El martes el Betis anunciaba que Rubén Castro, que el pasado 27 de junio cumplió 36 años, se iba muy lejos, a China, cedido, sin opción de compra, para jugar con el Guizhou Hengfeng que dirige el técnico jienense Gregorio Manzano hasta enero, tiempo en el que, aprovechando el mercado invernal (y si no hay una sentencia que implique la cárcel) regresaría al equipo donde a pesar de todo ejerce de ídolo para cumplir su contrato, que concluye en junio de 2018, con un año más de opción.
El Betis puso la excusa de una oferta económica “irrechazable”, pero nadie se cree que un club con evidentes problemas para batir la portería de sus rivales se permita el lujo de desprenderse del máximo goleador en toda su historia y sin tener un repuesto convincente, a no ser que Lorenzo Serra Ferrer, el curtido director deportivo del club, crea realmente en el poderío realizador del exosasunista Sergio León, cuyo fichaje se firmó en el pasado mes de mayo.
Rubén Castro llegó al club hispalense en el verano de 2010, y a lo largo de estas siete temporadas ha disputado 280 partidos oficiales y marcado 147 goles. “Sus espectaculares números y servicio al Real Betis le hacen merecedor de un enorme cariño por parte de la afición bética. El Club agradece a Rubén Castro su profesionalidad, compromiso y entrega a la camiseta de las Trece Barras, al tiempo que le desea la mejor de las suertes en su etapa en China”, se leía en el comunicado del club andaluz.
la feliz extronista Los acontecimientos se precipitan cuando el presunto maltratador ha estabilizado su vida sentimental formando pareja con María Hernández, extronista del programa de Telecinco Mujeres, Hombres y Viceversa, con la que tiene dos hijos e intenta transmitir una imagen de arcádica felicidad, ofreciendo por ejemplo exclusivas a la revista Hola, donde se le pudo ver posando el día de su cumpleaños junto a su mujer y los niños en un parque de atracciones, rodeados de simpáticos personajes de una popular serie infantil.
Sin embargo, cada vez que Rubén Castro festejaba cada uno sus goles dibujando con las manos la figura de un corazón o se agarraba los mofletes, no fueron pocos quienes vieron en los gestos una invocación al sarcasmo. Porque, hay que reconocerlo, el delantero bético hace tiempo que está juzgado y condenado por un amplio sector de la opinión pública a causa de sus presuntos malos tratos hacia otra mujer. Justo en las antípodas de los inefables Supporters Sur “¡¡era una puta, lo hiciste bien...!!
Estaba previsto que el delantero canario debutase ayer en la Liga China, frente el Hebei Fortune, per finalmente no fue convocado.