Sí. Aunque no sea una montaña con tanto tirón como otras, sí que se puede comprobar lo de la masificación que se está viviendo en los ochomiles. De hecho, se juntaron cuatro expediciones de mujeres y las cuatro iban con la idea de ver quién es la primera en hacer antes los catorce, lo cual desvirtúa la magia y el encanto que pueda tener la montaña.
¿Cree que existe egoísmo?
¿Cómo vivió la muerte tan de cerca de once alpinistas?
Después de haber llegado todo contento al campo base con la cumbre, se hizo muy duro conocer la tragedia que estaba pasando arriba. Me afectó a la hora de poder disfrutar plenamente la ascensión.
Después de sentir una tragedia así tan cerca, ¿cambia la forma de afrontar las siguientes expediciones?
Eso siempre es un aprendizaje y lo tienes en cuenta de cara al futuro. Afrontas las cosas de una manera diferente. En cierto modo, sí que estoy supeditado al drama que viví en el K-2.
¿Cree que si no existiera ese riesgo y no se fuese al límite, este deporte no sería tan apasionante?
La montaña de gran altitud tiene un magnetismo especial. El riesgo de esa altitud es su magia. Esa dificultad de poder respirar ya te hace sentir las cosas diferentes. Requiere más compromiso y eso es especial. Está el juego de querer medirte con la montaña, que no sabes lo que te espera. Tormentas, grietas... Hay mucha incertidumbre. No sabes todo y eso sí que la hace más apasionante.
¿Es siempre cierto eso que dicen que en todo momento toman riesgos controlados o a veces sobrepasan el límite aun a sabiendas de que puede haber terribles consecuencias?
Cada uno tiene que saber cómo va por ahí. Algunos te cuentan que a veces no sentían ni que eran personas. En esos casos sale el instinto de supervivencia y poder llegar a contarlo es bueno porque te das cuenta de lo que realmente somos capaces. Es bonito poder medirte y ver que eres capaz de superar tus límites.
¿Cómo ve este deporte dentro de unos años?
No creo que cambie mucho. Habrá gente que busque disfrutar sin necesidad de tener que ir a los sitios más conocidos. Además, creo que será difícil hacer un ochomilismo innovador. Eso llevará tiempo, pero creo que habrá cada día más gente en los seismiles y sietemiles.
¿Quedará algo por descubrir?
Cada vez menos. Dicen que hay un mundo por descubrir. Pues lo bonito sería que el que lo encuentre no dijese dónde está para que después no se sature.
¿Seguirá 'Zeras' realizando gestas de este tipo o bajará el pistón? ¿Hasta cuando aguantará?
Yo voy día a día. Sobre la marcha. Vivo el presente, que es así como hay que tomarse ahora las cosas.