vitoria - Suele pasar, incluso en los deportes más minoritarios, que los éxitos nacionales o regionales conducen a un aumento de la práctica de dicha actividad. Es por ello que la repercusión que concede el triunfo es recibida con los brazos abiertos en aquellas disciplinas que no gozan de una exposición mediática constante a lo largo del año. Este es uno de los casos del baloncesto femenino, que contó con la nada desdeñable cifra de 112.266 licencias estatales en 2016, pero que apenas goza de protagonismo en el día a día deportivo.
No obstante, los recientes éxitos de la selección nacional pueden augurar no solo un crecimiento considerable en el número de practicantes de este deporte, sino también de un incremento en el protagonismo recibido. El Eurobasket conquistado el pasado domingo es solo la puntilla a una extraordinaria racha de resultados de las chicas de Lucas Mondelo, con cinco metales en cinco años. El oro en el Eurobasket de 2013 fue solo el inicio de la dinastía; después llegarían la plata en el Mundial de 2014, el bronce en el Europeo de 2015 y posteriormente la plata en los Juegos Olímpicos del año pasado y este nuevo primer puesto, que han acabado por confirmar a la actual generación de jugadoras como la mejor en la historia del deporte de la canasta español.
Unos hitos que, afortunadamente, no se han pasado por alto, y las deportistas alavesas no tienen ninguna duda en reconocer la gran dosis de positivismo y repercusión que esto genera no solo para el baloncesto, sino para el deporte femenino en general. La jugadora del filial del Lacturale Araski, Sara Ortega, que ya supuso en sí misma un ejemplo de superación al oponerse con victoria al cáncer en 2015, también ve en en estas jugadoras un espejo en el que mirarse. “Ya lo dijo el propio Mondelo, esto es el reflejo de un trabajo y sacrificio llevados durante muchos años, tanto de las jugadoras que están ahora como de las que han contribuido en el pasado. Todas merecen ser recordadas y homenajeadas”, asegura la gasteiztarra. Una retahíla de éxitos que ha coincidido también con la explosión del Araski. Una suma de factores que suponen que el baloncesto femenino alavés de formación esté viviendo sus mejores momentos en lo que a número de jugadoras se refiere. “Al sumarse los éxitos de la selección con los del Araski nos estamos asegurando de que las chicas en Vitoria tengan muchas ganas de baloncesto”, abunda Ortega.
“Ya era hora de que el baloncesto femenino tuviera un referente así. Antes no lo había, y lo mismo pasaba en Vitoria. No había nada sobre lo que tomar ejemplo. Además, ver a estas chicas ganar todos los veranos te da una meta, un propósito que te haga tomártelo en serio y que a nosotras nos tengan más en cuenta”, afirma Marijo Rubio, ex jugadora de baloncesto y ex fisioterapeuta del Baskonia. Además, la alavesa también se atreve a comparar ambos sexos: “Se está igualando en importancia el baloncesto femenino al masculino, aunque nunca vayan a ser lo mismo”.
Tania Lamarca, una de las integrantes de Las Niñas de Oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta’96, es una ferviente seguidora de la selección. Para la vitoriana, los logros deportivos tienen que ir acompañados de la repercusión mediática: “Cualquier éxito que tenga el deporte femenino tiene un impacto muy positivo para las niñas, sobre todo si se retransmite por televisión. Los medios tienen que jugar un papel muy importante , toda repercusión extra que recibimos, que no suele ser mucha, es muy necesaria”.
El peculiar estilo del combinado local también juega un papel clave a la hora de captar nuevas espectadoras. El alegre estilo de Lucas Mondelo, con un baloncesto rápido a ambos lados de la cancha, permite que jugadoras como Anna Cruz, la reciente MVP del Eurobasket Alba Torrens o Silvia Domínguez practiquen su mejor baloncesto en el periodo veraniego. “El estilo de la selección me gusta mucho, es un juego rápido y diferente. Se parece al de cuando yo jugaba”, coincide Rubio.