madrid - Los trabajos de la primera fase de las obras de rehabilitación del frontón Beti Jai (Siempre fiesta en euskera) terminaron ayer tras la “selva” encontrada, “con plantas y árboles” en las gradas, más propio de una “película de Indiana Jones”.
El delegado de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato, y el concejal-presidente de Chamberí, Jorge García Castaño, visitaron las instalaciones del número 7 de la calle Marqués de Riscal que, según la arquitecta de las obras, se encontraron “casi en un estado de ruina”. El antiguo frontón llegó a manos del Ayuntamiento de Madrid por expropiación en mayo de 2015.
“Esto no se va a privatizar”, aseguró Sánchez Mato. La portavoz de Cultura del PSOE, Mar Espinar, confía en que el Gobierno municipal haga una “apuesta seria y que no se acabe cediendo este edificio como ya se ha hecho con el de Alberto Aguilera”. Las obras fueron presentadas al movimiento ciudadano que veló por el Beti Jai, cuya acción fue puesta en valor por Sánchez Mato y García Castaño.
Entre las labores más significativas de esta primera fase destaca la recuperación de elementos y estructuras originales, como la fachada principal, trabajos con los que se garantiza además la seguridad y estabilidad. Durante las obras aparecieron descubrimientos como un arco neomudéjar en buen estado detrás de un tabique y unas tejas planas originales muy innovadoras para la época, descubiertas en una recámara.
Los trabajos, realizados en los tres cuerpos del Beti Jai desde 2016, contaron con un presupuesto cercano a los 2,8 millones de euros. Desde este lunes las telas que cubrían su fachada desaparecen para mostrar a la ciudadanía que esta “joya” de la arquitectura está más cerca de poder ser utilizada.
Para recuperar la fachada principal fue necesario realizar moldes de los escudos, guardapolvos, pilastras y balaustres con los que reponer fielmente los elementos perdidos. También se reforzó el graderío y se eliminaron tabiques con los que se habían cegado las gradas después de dejar de ser un frontón. Ahora la cerrajería queda a la vista. Todos los trabajos fueron complementados con una minuciosa labor de documentación recurriendo a los periódicos de la época, fondos de bibliotecas y la colaboración de expertos.
sala de ensayos de la falange El frontón comenzó a construirse en 1893, en pleno auge de los frontones en Madrid.
Fue diseñado por el arquitecto Joaquín Rucoba, que empleó material innovado para la época. Desde 1919 dejó de utilizarse como instalación deportiva pasando a ser una comisaría de Policía, una cárcel, un espacio de ensayos para las bandas de música de Falange, una escuela militar o un taller de coches. El Beti Jai es Monumento Nacional desde 1991 y Bien de Interés Cultural desde 2011.
Aunque ayer el Ayuntamiento de Madrid no abordó los futuros usos del Beti Jai, meses atrás el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, informaba en rueda de prensa de que el Consistorio permitiría la cubrición del patio y aumentar la edificabilidad de la parcela en un 10 por ciento.
También habló de dar luz verde a la instalación de un garaje subterráneo pero siempre manteniendo su carácter dotacional, no lucrativo. El Plan Especial anulaba la posibilidad de usos comerciales independientes del uso dotacional principal. - Efe