bilbao - Así como el fútbol pertenece a los futbolistas, frase de cabecera de no pocos en el mundillo para simplificar el juego y reducirlo al páramo del minimalismo, a la cueva de lo esencial; en el ciclismo existe un mantra similar que de cuando en cuando, abandona el guardamuebles. El ciclismo lo hacen los ciclistas. Esa reflexión tiende a salir a flote y subrayarse con letras doradas cuando el recorrido no parece de antemano una cámara de tortura. La Vuelta al País Vasco, de natural áspera, afilada y cruda, ha suavizado su cortante perfil y su gesto hosco para achatarse y mutar en una carrera con menos granito, más liviana. “El recorrido es más suave, pero el año pasado era duro y la carrera no se movió tanto. Es el pelotón el que hace duro el recorrido”, recordó Julián Eraso, director de la Vuelta al País Vasco, en la presentación de la 57ª prueba, que transitará entre el 3 y el 8 de abril por las carreteras vascas, posándose sobre las capitales de Hego Euskal Herria: Iruñea, Gasteiz, Donostia y Bilbao. La quinta capital, la del ciclismo vasco, Eibar, decidirá la Vuelta al País Vasco, un escenario del que presumir en los carteles turísticos, trazó Jon Redondo, director de Deportes del Gobierno Vasco, que incidió en la idea de empujar el ciclismo para fortalecerlo. Los seis etapas, que acogen 19 cotas puntuables, componen una cartografía sin grandes sobresaltos hasta el desenlace de la cita, concentrada la dureza en los dos últimos días de competición. El arranque en Iruñea, la carrera no había pisado la capital de Nafarroa desde 1973, dará pasó a dos etapas ideales para el sprint. En la tercera jornada brota Igeldo, antes del aterrizaje en Donostia en un final que emparenta con la Clásica San Sebastián. La llegada a Bilbao vivirá el tradicional paso por El Vivero. Será el picante del entretiempo. El postre será lo más duro de masticar para los corredores. La quinta etapa es la más impactante. La reina aguarda con un campo de minas dispuesto a dinamitar la carrera. Pagatza Elgeta (2ª, km 44,7), Ixua (1ª, km 71,1), Trabakua (3ª, km 91,8), Ixua (1ª, km 106,2), Urkaregi (3ª, km 120,9) y Usartza (1ª, km 137,8) desde Matsaria. Una tremenda ráfaga de montaña. La crono individual de 27 kilómetros, un punto sin retorno, cerrará la Vuelta al País Vasco. La contrarreloj definitiva incluye la subida a Karabieta en de salida y paso por Bergara para completar el trazado.

contador, a por la quinta Si las capitales ocupan el eje central del recorrido, de la carrera cuelgan un buen puñado de ciclistas con brillantina dispuestos a luhcar por hacerse con el laurel. Luces de Broadway. Alberto Contador, que defiende el título, -el madrileño buscará la quinta victoria de la prueba, récord absoluto- es una de las principales luminarias que partirán desde Iruñea. En la esgrima se espera a Alejandro Valverde, que pudo con Contador en la Vuelta a Andalucía por escasos segundos. También estará presente Sergio Henao, vencedor de la reciente París-Niza al derrotar a Contador.

Romain Bardet, segundo en el pasado Tour de Francia, Rigoberto Urán, Julian Alaphilippe, Michal Kwiatkowski, vencedor de la Milán-San Remo, Michael Matthews o Samuel Sánchez son otros nombres que engordarán un listado de lujo. En él se personarán Ion Izagirre (Bahrain), uno de los principales favoritos a la conquista de la carrera, así como su hermano Gorka, cuarto en la París-Niza, y Víctor de la Parte, ambos en el Movistar. La nómina de corredores vascos en la carrera se completará con Haimar Zubeldia y Markel Irizar (Trek); Igor Antón y Omar Fraile (Dimension Data); Pello Bilbao (Astana); Jonathan Lastra y Alex Aramburu (Caja Rural) y Mikel Nieve (Sky). Todo ellos partícipes de un cartel capital.