Hace ya tiempo que los fines de semana de las estrellas de la NBA perdieron el punch de antaño, aquel irresistible atractivo de lo inalcanzable, de lo mitológico. Siempre fueron una fiesta por encima de todo, pero en los últimos cursos han mutado, salvo en contadas excepciones, a correcalles sin sentido, a pasarelas para el lucimiento personal casi sin oposición, orden ni concierto, pero siempre hay salvavidas a los que aferrarse, motivos para engancharse a un evento que durante las tres próximas madrugadas paralizará la ciudad de New Orleans y trasladará el firmamento baloncestístico a 215 países, vía televisión e internet, en 49 idiomas. Las evoluciones de los extraordinarios Nikola Jokic y Kristaps Porzingis en el Equipo Mundial, huérfano del genial Joel Embiid y reforzado a última hora con Álex Abrines y Willi Hernangómez, del BBVA Rising Stars Challenge de esta noche; las sorpresas que tenga preparadas el tremendamente creativo Aaron Gordon en el concurso de mates; el estado de la muñeca de Klay Thompson en su intento de revalidar título, sin la sombra de su compinche Stephen Curry, en el de triples -ambos certámenes, el sábado-; pero sobre todo el morbo estará focalizado en el gran duelo del domingo, en ver cohabitar de nuevo en el mismo equipo a dos excolegas convertidos ahora en enemigos íntimos: Kevin Durant y Russell Westbrook.

Ambos fueron durante ocho temporadas una especie de Batman y Robin en los Oklahoma City Thunder, hasta que el pasado verano Durantula optó por dejar de liderar la lucha contra el poder establecido para unirse a él, a los titánicos Golden State Warriors. Y claro, la amistad saltó por los aires. Durant, que ha encajado como un guante en la franquicia de Oakland, evita mirar hacia atrás, pero en Westbrook ha quedado un innegable poso de despecho, un sentimiento de abandono que él ha convertido en combustible para exprimir en cada duelo todo su físico y su talento y convertirse en el tirano del triple-doble -lleva ya 27 este curso, una barbaridad-.

Los Warriors-Thunder han ganado en temperatura en este curso. Westbrook se las ha tenido ya con Zaza Pachulia, con Draymond Green y el sábado, sin ir más lejos, cruzó palabras y miradas nada amistosas con Durant. Al base, que será suplente, no solo le tocará compartir el uniforme de la Conferencia Oeste con Durantula, sino también con otros tres Warriors: Green, Curry y Thompson. Y para más inri, en el banquillo llevará la batuta Steve Kerr, técnico de Golden State.