vitoria ? Terminados ya con éxito todos sus retos en 2016, en el que las ascensiones a la montaña asturiana del Naranjo de Bulnes ?ésta acumulaba más de tres décadas sin que ningún aventurero alcanzase la cima? y la escalada al Moonlight Buttress y Silverback, ambas en el parque natural de Zion (Utah), han colmado todas sus expectativas, los intrépidos hermanos Pou ya planifican el año próximo. Y el primer desafío del 2017 les conducirá hasta la lejana Patagonia argentina, un lugar que ya han frecuentado en varias ocasiones en el pasado pero donde todavía restan picos que todavía no han sido explorados por ambos vitorianos.

La espectacular naturaleza de la zona en cuestión ha sido uno de los grandes alicientes para retornar a un lugar que, como contrapunto, siempre presenta unas malas condiciones meteorológicas. Está por ver la modalidad que emplean para hollar las cimas, aunque en la mayor parte de las ascensiones del año pasado emplearon la escalada libre. De momento, las expediciones del 2017 están condicionadas por un problema recurrente como la falta de presupuesto. Dado lo costoso de cada expedición y la cada vez más compleja búsqueda de patrocinadores que sufraguen el coste, los hermanos Pou todavía deben reunir una importante partida económica para planificar el resto de la temporada. “Estamos muy contentos con los logros del año pasado y queremos que el 2017 sea igual de positivo, pero estamos condicionados por el dinero que podamos conseguir”, reconocieron ayer.

Un grafiti espontáneo En principio, el primer viaje planificado para el año entrante debía trasladarles hasta Colombia, pero los problemas políticos que azotan últimamente a al país sudamericano les han obligado a reconsiderar la idea. “No nos iban a dejar entrar, así que hemos optado finalmente por la Patagonia”, subrayaron los hermanos Pou, también noticia por el hecho de que su rostro ha sido inmortalizado recientemente en una calle gasteiztarra cercana a la lonja donde suelen entrenar. Los artistas Garikoitz Arregi y Diego Berruete, desconocidos hasta hace bien poco para ellos, han sido los encargados de realizar el mural en su honor.

“La idea ha surgido de una manera espontánea y nosotros no teníamos ni idea del mural. Ni siquiera les conocíamos. Los amigos del barrio han ido viendo la evolución durante estas últimas semanas. Les estamos muy agradecidos porque ha sido el mejor homenaje que nos han hecho en nuestra vida”, explicaron los vitorianos, cuya exitosa trayectoria todavía promete vivir interesantes capítulos. l