BILBAO - Jokin Altuna tenía dos opciones en la vida: ser pelotari o ser pelotari. En los frontones de su pueblo, Amezketa, se ponen las raíces de sus veinte años de vida. El club de su localidad, el Zazpi Iturri, es una fuente inagotable. “Ahora mismo tenemos en profesionales a Iker Irribarria, Altuna III, Erik Jaka, Xabier Tolosa y Xabier Erostarbe. Todos ellos han pasado por nuestras manos”, manifiesta Xalton Zabala, alma máter del club amezketarra. En Xalton tiene depositada su confianza Aspe, promotora en la que se encuentran las cinco perlas.

La cantera de la operadora de Eibar, según explica Inaxio Errandonea, director comercial, funciona mediante un seguimiento inicial. “Somos aficionados a la pelota y seguimos el mundo aficionado. Aun así, nuestro director técnico, Jokin Etxaniz, es el que presta atención especial a los muchachos. Por ejemplo, en el caso de Jokin Altuna o Iker Irribarria les conocemos desde categorías benjamín y alevín”, desgrana el de Bera.

En esas edades, afirma Errandonea que “ves a chavales interesantes”. “En el 90% de las veces, un pelotari bonito, cuando cumple 16 o 17, no te dice lo mismo. Es precipitado decantarse antes. Aun así, en juveniles seguimos fallando en un número alto”, cuenta el exmanista beratarra. Influyen varios factores para el éxito: “Aparte de la calidad, entra la dedicación, trabajo, pasión por la pelota...”. Hace hincapié el navarro en los casos de Altuna III, “con una dedicación muy seria y grandes ilusiones”, e Irribarria, “que tuvo un problema serio de manos con 16 o 17 y siguió su progresión”. Aunque, explica que son “especiales”, cuestión que reiteran tanto Xalton Zabala como Jokin Etxaniz. “Son pelotaris únicos. Irribarria y Altuna han sido los números 1 en todas las categorías. Han respondido y muchos no lo hacen”, asiente.

El proceso comenzó con “16 años” cuando Jokin e Iker se comprometieron con Aspe en un precontrato. “Les metimos con Justo Lillo para integrarse en la preparación física del grupo de Gipuzkoa”, certifica Errandonea, quien ratifica que “con la mayoría que pasan a profesionales intuimos que hay posibilidades de que asciendan. Después, el chaval es el que pone el listón. También es importante qué transmite el pelotari y eso no está en su mano. Está el carisma, que se puede intuir ya en chavales de quince años”. En el funcionamiento de Aspe, el ojo de Etxaniz y Zabala funciona. “Xalton colabora con nosotros a la hora de aconsejarnos y ver qué chavales son interesantes. Pero, al final, Jokin Etxaniz es el que más información tiene y da la medida con los entrenamientos de jóvenes y profesionales. Eso marca, porque cambia la velocidad”, remacha Errandonea. Primero, optan por meterles un estelar “de campanillas” y, después, el pelotari “pide su sitio”. “Prácticamente, ni Altuna III ni Irribarria han bajado de los partidos importantes”, remacha.

Xalton Zabala actúa desde Amezketa con Zazpi Iturri. Ahí nació Altuna III, que jugará su primera final de Primera a los veinte años el próximo 27 de noviembre. Ahí creció. “Tanto Iker como Jokin iban a ser pelotaris por narices”, dice el amezketarra, considerado como un gran conocedor del campo aficionado. Es delegado del bloque guipuzcoano y tiene un convenio personal con la operadora eibarresa. “No hay secretos a la hora de sacar chavales. Lo importante es trabajar mucho. El que vale, sale. El que no, se queda en el camino”, confirma con aplomo Xalton, quien explica que “para que salgan profesionales influye el trabajo, pero no es solo eso. Importa también la suerte. Por ejemplo, hay pelotaris que se han quedado pequeños y ahora necesitas al menos 1,80 metros para jugar”.

“Se les veía tanto a Irribarria como Altuna III que iban a destacar. De la generación del 96 había cuatro referencias muy importantes: ellos dos, Darío y Espinal, de Nafarroa, que se ha quedado por el camino. Marcaban la diferencia. Iban a ser pelotaris por obligación”, desgrana Zabala, quien afirma que “mucha gente pregunta que por qué se debuta con 17 años, pero nosotros estábamos encantados de que subieran, porque le comían la tostada a todos. Después, no sabes si van a dar el nivel y responder a las expectativas que han marcado. Ellos dos son especiales. Empezaron en estelares y no han bajado”.

Zazpi Iturri tiene cinco profesionales en la actualidad. “Eso va por generaciones. Ahora, lo estamos pasando mal, porque nos han quitado a cinco. A pesar de estar orgulloso y de ser nuestro trabajo, el club se queda un poco cojo. Por contra, hay casos como Santxo, Urbieta, Urretabizkaia o Elezkano I que tenían nivel, pero que se han quedado sin pasar. Eso también es duro. Hay veces que hay un buen abanico y arriba no necesitan gente y otras veces que necesitan gente y arrasan con el campo aficionado”, sentencia Xalton.

por necesidad Desde la dirección técnica de Aspe, Jokin Etxaniz es el que pasa más tiempo con los manistas neófitos. Él hace hincapié en que “este mundo es pequeño, entre lo que escuchas y lo que ves, vas captando a chavales”. “No hay que precipitarse, porque hay que ver qué evolución física van a tener. No tenemos una bola mágica para dar siempre en el clavo. Sobre todo, se acierta con pelotaris que nacen cada cierto tiempo. Un ejemplo sería Beloki en su momento o Zabaleta, ahora, o Mikel Goñi, que era un portento. Uno que nadie hubiera pensado era Martínez de Irujo. Juan debutó con un trabajo físico más bajo, pero después tuvo una gran evolución. Técnicamente fue perfeccionándose también”, desgrana Etxaniz, quien prosigue que “mucha gente decía que se le veía que iba a llegar, pero en el Mundial de 2002 no lo seleccionaron en pared izquierda”.

“A mí me gusta trabajar con los que cogemos”, asevera el director técnico de Aspe, que agrega que “que en Gipuzkoa haya salido una buena camada se debe a la casualidad y, seguro, a un buen trabajo de la federación y los clubes”.

Según el azpeitiarra, “no” se sabe a ciencia cierta quién va a “despuntar”. “Te fijas en las condiciones, pero hay que trabajarlas. Hay casos en los que vienen más completos y hay más posibilidades de que suban y otros en los que hay que trabajar cosas específicas”, recita. “Para que suban hay que tener suerte. Tampoco está claro quién va a adaptarse. En estos casos, Aspe necesitaba a dos delanteros. Han salido y han funcionado. Nos quedamos en poco tiempo sin Titín III, Gonzalez, Xala y, ahora mismo, sin Irujo”, desbroza Jokin, quien finaliza que “no es normal que en tan poco tiempo respondan. Tendrán altibajos. Aun así, el cuadro no vive de figuras. Para mí, son todos igual de importantes”.