Duración: 40:42 minutos de juego.

Saques: 2 de Irribarria (tantos 4 y 7) y 2 de Altuna III (tantos 1 y 18).

Faltas de saque: 2 de Irribarria.

Pelotazos: 203 pelotazos en juego.

Tantos en juego: 5 de Irribarria y 11 de Altuna III.

Errores: 7 de Irribarria y 2 de Altuna III.

Marcador: 0-1, 1-1, 1-2, 2-5, 5-5, 5-6, 6-6, 7-7, 8-10, 8-11, 9-20, 9-21 y 9-22.

Botilleros: Ejercieron de botilleros Igor Olazabal (con su sobrino Iker Irribarria) y Ekaitz Saralegi (con Jokin Altuna).

Apuestas: Se cantaron de salida posturas de 100 a 90 a favor de Jokin Altuna.

Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada de la liguilla de cuartos de final del grupo A del Cuatro y Medio de Primera disputado en el frontón Atano III de Donostia. 1.300 espectadores. Además, en el primer partido del festival, Mendizabal III-Zabaleta ganaron a Elezkano II-Barriola por 22-16 y, dentro del Cuatro y Medio de Segunda, el mallabiarra Elordi perdió ante Arteaga II en su tercer partido de la liguilla de cuartos de final por 15-22.

DONOSTIA - Jokin Altuna se encontraba en un zarzal en las entrañas del Atano III de Donostia antes de saltar a la cancha. Cada duda era un pinchazo en su piel de pelotari joven. Sufría por cómo se estaba desarrollando el Cuatro y Medio, distancia en la que no terminó de sacar a relucir su mejor imagen. Le pesaba eso al pelotari de Amezketa, artista, asaeteado por la incertidumbre tras encajar un 22-7 ante Mikel Urrutikoetxea y ganar a Víctor Esteban in extremis en un partido clave, que decidió en el tramo final desde el primer disparo. No se había repuesto. Preguntas por todos lados.

Tampoco estaba mejor Iker Irribarria. El colorado, como admitió después del partido, le pesó. La distancia es una cárcel para un manista ávido de campo abierto. Es un águila.

Con esas premisas, la virtud del camaleón de Altuna fue la que sirvió para llevarse el gato al agua. El delantero guipuzcoano consiguió el último billete a las semifinales desmontando cerca del frontis a su adversario, bien situado en los primeros compases, dando velocidad a la pelota. El funambulista de Amezketa, pelotari huracanado en los cuadros alegres, se vio abrumado en los primeros pelotazos por un duelo veloz, disputado a buen ritmo, pero se aferró al choque como una lapa y expuso un guion inmejorable. Al ser más corto en la pegada que Irribarria pero más habilidoso, achicó aún más la cancha. A sus espaldas, más de tres cuartos de Atano quedaron como un erial. El duelo se dirimió delante. Ante eso, Irribarria no pudo argumentar pegada, se vio acosado y cometió errores excesivos. Altuna III creció. Vio que todo cambiaba. Que las dudas se le habían cercenado. Y se largó del 8-10 al 8-20.

Todo eso pasó después de un comienzo de igualdades y distancias. Se abrazó el marcador en el primer cartón, pero se escapó Altuna en base a los yerros de su rival -en un vistazo global al partido, los errores fueron los que condenaron al aramarra-. Con el 1-5, reaccionó el campeón del Manomanista. Llegó a mandar (7-6) después del empate a cinco y a seis.

Fue la primera y última reacción de Irribarria. Una falta de saque, larga, devolvió el cuero a Altuna. El amezketarra castigó desde el primer disparo y se le acabaron las balas de fogueo. No hubo piedad. Hasta el 8-10, un saque-remate a la chapa. Irribarria, con oxígeno, cometió su segunda falta de saque. Y Altuna no perdonó más.

La tacada se alargó hasta el 8-20 y se esfumó la alegría. Irribarria quedó apeado de una distancia en la que no estuvo cómodo. Solo en el descorche pareció tener gasolina y látigo para poner a Jokin lejos de su zona de influencia. Se le acabó la paciencia y el crédito en el enredo cerca del frontis. Altuna III fue mucho mejor.