VITORIA - Recorrer los 30 kilómetros de distancia desde el nivel del mar desde la playa del Socorro en el municipio tinerfeño de Realejos hasta los 3.718 metros de altitud en la cumbre del Teide es el reto que se ha fijado la organización Montes Solidarios para facilitar el primer contacto de la vitoriana Silvia Apodaka con la montaña y de la que no ha podido disfrutar por la discapacidad que padece. Montes Solidarios responde con esta iniciativa al lema de “Cumplir sueños” sobre el que gira la actividad de este colectivo de aficionados al deporte y la montaña que disfrutan “haciendo del monte una actividad inclusiva y llenando ese vacío existente entre la discapacidad y la montaña”, explicó el presidente de Montes Solidarios Josu Vázquez ayer en la presentación de esta aventura.
30 kilómetros Dentro de los grandes retos que han logrado en los últimos años para el próximo día 30 se han fijado “algo grandioso” como puede ser el coronar la cima del volcán tienerfeño junto a Silvia Apodaka y otras dos personas más que van a subir también dos colectivos canarios que toman parte en esta exigente aventura. Se trata de una ruta de 30 kilómetros de distancia entre la playa de Los Realejos y la cumbre del Teide que habitualmente se recorre andando como una salida montañera que muchos aficionados practican. Montes Solidarios se va a convertir en el colectivo pionero que complete la ruta por vez primera a la carrera y con el añadido de transportar a una persona discapacitada. “No tenemos referencia del tiempo global que nos puede llevar, pero calculamos que será de doce a 14 horas”, concretó Vázquez.
Silla joëlette Silvia Apodaka va a viajar durante las cerca de 14 horas de duración del reto a bordo de esta peculiar silla diseñada por el guía de montaña francés Joel Claudel del que toma su nombre. Se trata de una silla especialmente diseñada para la montaña, con una rueda, sistemas de anclaje y seguridad, amortiguación y protcciones, en la que va a viajar Silvia Apodaka durante todo el trayecto. El artefacto en cuestión es la denominada silla Joëlette que es habitual en este tipo de iniciativas y que será portada durante las horas de trayecto por tres guías que se irán turnando para acercar a la pasajera a los 3.718 metros de la cima. En la parte delantera uno de ellos se pone un arnés y va tirando del artilugio, mientras por detrás hay otros dos voluntarios que empujan la silla y van repartiéndose el trabajo para ir ascendiendo metros. “Para los guías supone un gran esfuerzo por hacer de porteadores para la persona de la silla y desarrollar la marcha por terrenos de montaña y con la progresiva altitud que se va tomando para llegar a esos 3.700 metros”, admitió José Manuel Almeida, uno de los valientes que llevará a cabo la exigente prueba.
El día 28 partirán hacia la isla los aventureros para úlimar detalles el la jornada del sábado. En la madrugada del domingo tienen previsto comenzar su aventura, sobre las dos de la mañana, porque tienen además el límite de alcanzar los 3.718 metros del Teide antes de las 18.00 de la tarde cuando realiza su último descenso el teleférico que baja desde la estación en las faldas del volcán y una vez concluido el reto.