Las marcas rojas aparecidas en la espalda de Michael Phelps durante sus exhibiciones en la piscina olímpica han puesto de moda el cupping, pero esta práctica es muy popular en las sociedades musulmanes desde hace siglos, donde se la conoce como heyama. El éxito de la sangría con ventosas en las sociedades árabes se debe a que es considerada una “medicina profética” recomendada por el mismo profeta Mahoma. Es frecuente ver en las consultas de ventosaterapia cuadros que reproducen un famoso hadiz (dicho atribuido al profeta) que aconseja practicar esta terapia: “La curación reside en tres cosas: el consumo de miel, la heyama y la cauterización, y he prohibido a mi gente la cauterización con fuego”.
Pero más allá de la religión o del nombre (cupping, heyama o simplemente sangría con ventosas), en el mundo musulmán sus adeptos están más que convencidos de su eficacia médica para tratar varias dolencias Para el doctor Hicham Fennich, especialista marroquí en la materia y homeópata, a pesar de su gran popularidad en las sociedades islámicas, la sangría con ventosas no ha adquirido el prestigio que merece al asociarla a algo tradicional y pasado de moda y de hecho las órdenes médicas no la reconocen como a las demás disciplinas. “¿Habrá que esperar a ver a Michael Phelps con hematomas rojos en su cuerpo para darse cuenta de los beneficios de la heyama?”, se lamenta Fennich.
Desde su consulta en Rabat, Fennich recibe al menos una decena de pacientes a la semana, entre ellos deportistas de artes marciales, que vienen a practicar la sangría con ventosas para aliviar sus dolores. El especialista marroquí reconoce que algunos acuden con cierto escepticismo porque tienen presente que es una práctica utilizada en los zocos populares del país por personas sin ninguna formación médica y con herramientas que muchas veces no están esterilizadas.
La práctica consiste en colocar ventosas de cristal sobre puntos específicos en la espalda, después de vaciarlas de oxígeno con una pequeña llama u otro método. Estas ventosas sin aire tienen así un efecto de succión de sangre y por esa razón derivan en hematomas circulares que desaparecen en siete días. El efecto conseguido es inmediato, al estimular la circulación de sangre y provocar la liberación de endorfinas, sustancias que produce el cuerpo humano, consideradas como el mejor antídoto contra los dolores y la fatiga.
Para Fennich, la sangría con ventosas es la mejor terapia para los deportistas que deberán practicarla una vez al mes o más con el fin de estimular su circulación sanguínea y ayudarlos a reparar los microtraumatismos o dolores que sufren por los entrenamientos intensivos.
Migraña, dolores ciáticos, hipertensión e intoxicación alimentaria son algunos de los males que remedia la sangría con ventosas, aliviando el cuerpo de toxinas y del dolor. Hasta tiene un efecto estético y se dice que es un buen remedio para las arrugas faciales y las varices.