La antorcha ya habita en Río de Janeiro. El símbolo olímpico por excelencia llegó ayer a la cuidad sede de los Juegos, donde fue recibida por su alcalde, Eduardo Paes. La llama será paseada por la villa de la mano de diferentes deportistas y personalidades del país anfitrión hasta que mañana por la tarde emprenda camino hacia Maracaná, escenario de la ceremonia inaugural.
El pasado 3 de mayo la llama inició en Brasilia el camino que le llevaría hasta Río. Tres meses después, y tras un largo viaje por el territorio brasileño, la antorcha llegó ayer a la cuidad, dando inicio a la etapa final de su travesía. 324 ciudades y 12.000 kilómetros son los que ha recorrido la llama hasta llegar la cuidad sede de los Juegos Olímpicos. En este largo trayecto, alrededor de 12.000 personas han sido las afortunadas que han tenido la ocasión de portar el fuego olímpico.
Entre ellas se encuentra Eduardo Paes, alcalde de Río de Janeiro. Sus manos fueron las encargadas de recibir ayer la antorcha olímpica en su primer día en Río. E regidor no dudó en mostrar su felicidad por la enorme oportunidad que supone ser escenario de unos Juegos Olímpicos: “Este es un momento muy especial para nuestra ciudad y nuestro país”.
El encargado de trasladar la antorcha a Paes tampoco fue elegido al azar. El regatista Torben Grael, uno de los mayores medallistas de la historia del país, fue el escogido para el gran momento. El deportista transportó el fuego en un velero que atravesó la Bahía de Guanabara hasta llegar al embarcadero de la Escuela Naval de la ciudad, donde un gran grupo de gente esperó para ver los primeros instantes de la llama en Río. El original medio de transporte optado para trasladar el fuego olímpico fue un homenaje por parte de las autoridades locales al deporte que más medallas ha dado a Brasil en su historia, la vela.
Tras Paes, 600 personas más pasearán el símbolo olímpico por Río de Janeiro hasta su llegada mañana a Maracaná, donde se celebrará la ceremonia de apertura. Algunos como Rebeca Moraes dos Santos, una estudiante de la escuela pública de 15 años, ya lo han hecho. Esta joven fue la encargada de recibir el fuego de la mano del alcalde, y paseó la misma hasta la plaza de la Cinelandia en el VLT, un tranvía ecológico que Río de Janeiro inauguró hace un mes como uno de sus principales legados olímpicos y que sustituirá numerosas rutas de autobuses que circulan por el centro de la ciudad.
Renato Sorriso, una de las personas más emblemáticas de la ciudad, fue el siguiente en cargar con la antorcha. Este brasileño participó en la presentación que hizo Río de Janeiro de sus olímpicos en la ceremonia inaugural de los Juegos de Londres 2012 y es mundialmente conocido por barrer bailando el Sambódromo tras el paso de cada una de las tradicionales escuelas de samba del Carnaval carioca.
Los primeros pasos de la antorcha en la ciudad tuvieron a Paes, Moraes dos Santos y Sorriso como protagonistas pero muchas otras personas conducirán el fuego. Conocidos deportistas brasileños como los exfutbolistas Jairzinho, Zagallo y Tulio, el jinete Rodrigo Pessoa y la jugadora de voleibol playa Sandra Pires serán algunos de los responsables de trasladar la llama que alumbra las calles de Río de Janeiro antes de viajar mañana a Maracaná, donde compartirá protagonismo con los deportistas.
el último portador, un secreto Es conocido que deportistas muy relevantes de Brasil serán los que acompañen a la antorcha en sus últimos pasos hacia el estadio de la gran ceremonia de apertura. El exvoleiboista Jackie Silva y el exfutbolista Cafú son dos de los elegidos. Sin embargo, el nombre del último portador, la persona que encenderá la llama en Maracaná, es todavía una incógnita. Así lo ha decidido la organización, pero ya hay quien especula con el nombre del elegido. Medios locales hablan desde hace meses de Pelé, y todo hace indicar que podría ser el afortunado, ya que él mismo reconoció hace meses haber recibido la invitación.