Pasar el corte del US Open ya fue todo un triunfo para Jon Rahm. Fue el único aficionado en hacerlo y golfistas como Phil Mickelson, uno de los jugadores con más títulos profesionales salidos de la misma universidad que el vizcaíno, o Rory McIlroy, ganador del major estadounidense en 2011, también quedaron fuera. Ahora, el de Barrika, lejos de la cabeza, afronta el torneo con el único reto de seguir progresando y no ha perdido ocasión de dejar detalles de su inmensa calidad. En la tercera ronda, Rahm realizó uno de los mejores golpes de todo el abierto al culminar un eagle con un lejanísimo golpeo desde unos 120 metros. “Ha sido divertido. Tenía un golpe perfecto en 119 metros cuesta abajo, he pegado 52 entero y lo siguiente que recuerdo es ver a la grada de atrás saltando. Un momento muy bonito”, declaró Rahm al portal especializado Ten Golf Televisión. Asimismo, el irlandés Shane Lowry tiene la victoria final en su mano.

Este golpe fue la guinda a una actuación que está llamando la atención en Estados Unidos. El juego de Rahm gusta y la organización cada vez se vuelca más en él, realizando numerosos vídeos sobre sus birdies. Además, al barrikoztarra también le van bien las cosas a la hora de mirar a los números. Tras un mal día inicial, el segundo se sobrepuso acabando por debajo del par del circuito y en la tercera ronda, tras una tarjeta algo irregular, acabó dos golpes por encima. Una buena manera de debutar en un campeonato de este calado, aun así, Rahm solo mira en ganar y su sensación no es del todo buena: “Siento una sensación agridulce. He empezado jugando bien, pero no he podido meter el par. La velocidad en el green no la tengo, no la siento, y me he cruzado en todas las salidas. Luego, he empezado a fallar calles y se me ha hecho complicado aunque estoy jugando bien”.