IRUÑEA - Aitor Mendizabal jugará el año que viene el Manomanista de Primera por méritos propios y por el billete que le da el haber ganado en Segunda. El delantero de Antzuola derrotó ayer a Gorka Esteban en la final, mostrando que es un dechado de virtudes, pero que la que más le caracteriza es la supervivencia. Su contrincante, sin incidencia en el primer tramo aunque más entero tras alcanzar el cartón diez, aterrizó con una versión irregular, ya que, pese a tener los tantos controlados, erró en los momentos más críticos del envite, que en la segunda mitad parecía tener tendencia colorada.
No cristalizó esa sensación, quizás por la fortuna. Pero, a la suerte, que la llaman de muchas maneras, es patrimonio de los audaces. Y, en este caso, Aitor regó su capacidad de sacrificio, de enredar el partido, para combinar el choque con sus cualidades eléctricas pero más cortas. La zurda de Aitor se mostró sobria en la defensa, entera, y oxigenó las situaciones críticas con una volea más que solvente en la cita de ayer. A Gorka, con más potencia y poder físico, se le atragantaron los cueros, la responsabilidad y un error de los jueces bastante claro en el meollo de una remontada que nunca terminó. Era el 12-15 y un gancho del riojano que alcanzó Mendizabal tocó chapa para que Gorka no lo devolviera. El tanto, que era colorado, fue a parar al bando azul. Un balazo más al ala del ezcarayense, que de aquella no pudo recuperarse más que a base de ganchos. Dos entraron; el tercero, no. Y Mendizabal se fue al 22.
Porque el antzuolarra tuvo clara la hoja de ruta desde el inicio. Metió nervio al partido para empezar, cruzando bien con la zurda y terminando con unas posturas imposibles de adivinar. Cuando el guipuzcoano se cuadra para rematar con la izquierda esconde el remate, con dos resultados: o gancho o parada. Comenzó 0-3 y se fue al 1-5, con una ventaja que nunca más llegaría a cerrar su adversario. Llegó a tener Aitor una brecha de seis tantos (4-10), pero Gorka carburó mejor entonces. A Mendizabal le comenzó a fallar la gasolina y el riojano subió enteros. Hasta el 7-10. Tras ese momento, la irregularidad del manista colorado, que se queda sin Triple Corona, y el instinto de supervivencia del guipuzcoano afloraron. Tocado Aitor, Gorka erró a favor de corriente para regalar oxígeno con un derechazo arriba en el 12-14 y recibió una tacada de 2-8.