Bilbao - Aimar Olaizola y Mikel Urrutikoetxea se proclamaron vencedores del Parejas sin llegar al tanto 22 por el abandono de Irujo tras un mal golpe. El goizuetarra reconoció que “en el momento en el que he visto cómo le daba a la pelota ya me he dado cuenta de que era un golpe malo. Se ha visto que le ha dado a la pelota y al suelo”.

A Aimar le hubiera gustado ganar la txapela habiendo disputado el partido entero porque “ganar una txapela habiéndose retirado uno de los rivales... Siempre se te queda la duda de qué habría pasado. Es más bonito ganar habiendo llegado a 22”.

A pesar de que la final se truncó, el delantero de Asegarce se mostró muy “contento” por el triunfo: “Para mí es importante y especial porque ya voy cumpliendo años y puede ser de las últimas, si no es la última. Y por ganar con Mikel (Urrutikoetxea) también porque ha sido increíble. Nunca se ha visto que un delantero haya ganado la txapela en mano a mano, la del Cuatro y Medio y la del Parejas siendo delantero y jugando de zaguero”.

Preguntado por si pasará a la historia esta txapela, el goizuetarra respondió entre risas: “A la historia pasará lo de Mikel, lo mío no lo creo”. Olaizola solo tuvo halagos hacia su compañero, de quien admitió que “es muy difícil que un delantero que juegue de zaguero contra estos pelotaris aguante así. Ha sido increíble jugar este campeonato con él”. El navarro quiso analizar el partido y comentó que “al principio ellos han empezado mejor que nosotros. Rezusta le estaba dando a todo, menos mal que Mikel (Urrutikoetxea) defiende muchísimo, pero aún así nos costaba”. Las cosas cambiaron para la pareja ganadora a partir del tanto siete u ocho. “Diría que a partir de ese momento nosotros estábamos mejor en el frontón”.

La pareja de Asegarce se plantó en el Bizkaia sin una estrategia, “a ver cómo jugaban Irujo y Rezusta, porque todos los partidos son distintos”. Sin embargo Olaizola II dijo que “hasta el momento de la lesión ha sido un partido muy bueno, igualado y es una pena terminar así”. Pero se caló su 14ª txapela de Primera para erigirse en el pelotari en activo más laureado.