singapur - Garbiñe Muguruza cruzó ayer en las dos direcciones la delgada línea que separa el triunfo de la derrota, que en el tenis se puede medir en milímetros, en un par de tantos que caen de un lado u otro. La tenista de Caracas cedió ante Agnieszka Radwanska (6-7, 6-3 y 7-5) y no pudo culminar con su pase a la final individual su gran actuación en las Finales WTA. Pero, apenas cuatro horas después, logró hacer de tripas corazón, compitió de nuevo al máximo y junto a Carla Suárez ganaron a las checas Hlavackova y Hradecka (7-6 y 6-0) y se metieron en la final de dobles contra Martina Hingis y Sania Mirza, la mejor pareja del mundo.

La mañana de Singapur nació torcida porque Radwanska, que había llegado a las semifinales con solo una victoria en el round-robin y gracias a la victoria de Sharapova ante Pennetta, sacó todo su repertorio y apeó a Muguruza, que había llegado invicta al duelo de ayer. Pero así es el deporte y cuando perder significaba quedar fuera, la vascovenezolana acusó el desgaste físico y mental de estos días.

Radwanska llegó con más frescura y eso se notó en el desarrollo de un partido que a la de Cracovia le interesaba que fuera largo. Muguruza luchó hasta el límite de sus fuerzas, quiso jugar con determinación para acortar los puntos, pero el cansancio le hizo cometer demasiados errores. La polaca, inteligente como pocas en el circuito, llevó la iniciativa en todos los sets devolviendo pelotas imposibles, cambiando efectos y alturas, y condujo a Garbiñe Muguruza a la frustración en varios tramos. Así ocurrió cuando, tras remontar un 1-4 y llevarse el primer set en el tie-break, la pupila de Sam Sumyk arrancó el segundo set con otro 4-0 adverso.

La polaca no se salió de su plan y elevó su cuenta de golpes ganadores en cuanto la eficacia en el servicio de Muguruza bajó. La vasco-venezolana empezó a ver una cuesta muy empinada, más aún al inicio del tercer set cuando su rival se anotó los tres primeros juegos sin cometer ningún error por los 10 de Muguruza, que daba síntomas de fatiga y estrellaba las bolas en la red. No era fácil interpretar los golpes flotantes de la polaca, si esperarlos o ir a por ellos, y con las dudas la final se alejaba.

querer y no poder Acabó Garbiñe Muguruza con 49 golpes ganadores, pero también con 54 errores no forzados. No obstante, no quiso rendirse y sacó instinto competitivo para igualar a cuatro juegos y a cinco. Sin embargo, en el último demarraje Radwanska no cedió ni un metro y forzó al máximo a Muguruza, que cuando sacaba para forzar un último desempate, acusó la presión por atrapar lo que se había merecido y se entregó con un revés a media pista que murió en la red. La tenista de Cracovia tiró de experiencia para colarse en la final y convertirse en la primera jugadora de su país que disputa el título de las Finales WTA que antes se llamaba el Masters. Por algo a Agnieszka se la conoce como la profesora. Ayer, tras 2 horas y 38 minutos de un juego brillante, en su librillo halló las claves para ganar a Muguruza después de cuatro derrotas seguidas en 2015.

Su rival en la final de hoy será Petra Kvitova, que dejó fuera a Maria Sharapova por 6-3 y 7-6. La rusa, como Muguruza, no había perdido hasta ayer, pero careció del punch necesario y dejó que la checa, que entró en semifinales por el favor que le hizo Safarova, volviera de un 5-1 en contra en el segundo set para optar a su segundo título.