LLEIDA - “Soy Danny, no Jean Paul” se reafirma Danny Van Poppel, hijo de gran Jean Paul, su afamado padre, un holandés veloz, elegante y rápido, muy rápido que alzó los brazos entre los 80 y los 90. “Yo soy Danny, no Jean Paul. Para mí es la primera. Sé que lo esto haciendo bien, al igual que lo hizo mi padre, pero el ciclismo es diferente. No pienso en lo que logró mi padre. Yo soy Danny”. No quiere equívocos Danny ni que la sombra del árbol genealógico, su hermano Boy también es ciclista del Trek, le solapen en Lleida, donde impuso su identidad propia. “Tiene un talento especial”, define Josu Larrazabal, director del Trek. Solo así se puede entender el triunfo de Danny, que pinchó a diez kilómetros de meta, -se reintegró gracias al trabajo de su equipo-, y sin embargo fue el primero en estrujarla. “Es muy bueno”, continúa Larrazabal, que recuerda la juventud del muchacho (22 años) y su capacidad para amasar triunfos.
Van Poppel suma cuatro victorias y numeroso puestos importantes en lo que va de curso. “Más allá de la victorias es un ciclista que sabe estar cerca de los mejores y eso a su edad habla de su talento. En quince ocasiones ha estado entre los cinco primeros. Eso no es sencillo. Tienes que ser muy bueno para hacerlo”. Lo es Danny, que no es un esprinter puro “No se parece a Cavendish, es más del estilo de Degenkolb, capaz de funcionar en las clásicas. Es un clasicómano con una gran punta de velocidad.”
Con el pie en el acelerador derrotó, entre otros, a Degenkolb, que no acaba de cogerle el aire a los sprints, él que es una turbina. La etapa, por la que pelearon hasta el último jirón de piel Gougeard, Bouet, Lindeman, Rubiano y Venter, la ató a su dorsal Van Poppel, que superó en una reñidísima disputa con Impey y Van der Sande. “Es mi victoria más grande porque es un carrera World Tour”, subrayó Danny. Tal vez por el revoltijo de alegría o por la emoción, el pequeño Van Poppel olvidó el ramo de flores y el trofeo en la sala donde se realizan los controles antidopaje al final de las etapas. “Es muy despistado. Cuando corre está metido en una burbuja, pero fuera... es un poco desastre. Je, je”, bromea Larrazabal, gozoso porque su equipo sumó su segundo triunfo en la Vuelta. “Vamos a por el tercero. Lo necesitábamos porque es un año en el que hemos tenido mala suerte con las lesiones y las caídas”. Bien lo sabe Fabian Cancellara, líder del Trek, que se perderá el Mundial de Richmond (Estados Unidos) después de que un virus que le mandara fuera de la Vuelta y la mente, cansada, le negara la reaparición.
boeckmans, mejora El ciclista belga, ingresado en la UCI por la caída que padeció en Murcia, evoluciona favorablemente a las terapias aplicadas, aseguró Servaas Bingé, médico del Lotto Soudal, su equipo.