Cuando ayer por la mañana Nuno Silva se fue a vestir, abrió su armario y pudo elegir un número más que indeterminado de combinaciones posibles. De entre todas ellas, el portugués decidió que la más adecuada era su camiseta negra con la foto en blanco y negro de Francisco Franco. Quizás porque su demarcación preferida es la de extremo derecha y de esta manera mandaba un mensaje a su entrenador en el Jaén, aunque a buen seguro pudo elegir una manera menos polémica de hacer esta sugerencia.
El caso es que Nuno Silva salió de su casa vestido de esta guisa para hacer una presentación pública, en un equipo como el Jaén, que si bien es de Segunda B, es capital de provincia, con lo cual cierta repercusión tenía que tener. Cuando se presentó a los dirigentes del club no debieron de ver nada extraño. Si acaso la camiseta era demasiado abierta, pero ya se sabe cómo son estas nuevas modas de los jóvenes de hoy en día...
El siguiente filtro que debió pasar el portugués fue el de los encargados de prensa del club, que preocupados de que los patrocinadores quedasen bien encuadrados en la foto, no debieron reparar cuál era la estampa que realmente chirriaba ahí. Y si alguien se dio cuenta, fue demasiado tarde, porque la instantánea ya estaba tomada y en la sociedad de la sobreinformación millones de personas se encuentran agazapadas a la que salta. Y la que saltaba era bastante gorda como para no verla. Por eso, a los pocos minutos de que se colgasen las fotos del acto en la red, la explosión de reacciones de la gente era tal, que a Nuno Silva ya le conocía medio España, aunque no supiesen si era zurdo o diestro, o si iba bien de cabeza. Sobre esto último, muchos ya pudieron intuir que no en demasía.
El Jaén se vio obligado a mandar un comunicado con unas declaraciones del jugador pidiendo disculpas por lo sucedido y afirmando que para nada quería hacer una apología del franquismo. “He vivido en Portugal y Angola y no conozco el grueso de la historia de España, por lo que desconocía completamente el significado de llevar esta camiseta en este país”, confesaba el jugador portugués a través del comunicado.
Guasas en la red Las redes sociales, que son unas autenticas expertas en hacer leña de los árboles caídos, no podían dejar escapar una oportunidad tan jugosa para desternillarse con la polémica. Así la estampa de la camiseta que vestía Nuno Silva se convertía en una fotografía de Juego de Tronos y el jugador afirmaba apoyar incondicionalmente a los Lannister. Otros hacían aparecer en la camiseta una fotografía de Arbeloa, del cual Nuno Silva era fan futbolístico, tal y como rezaban los tuits. E incluso en un fotomontaje se podía ver al dictador vestido con una camiseta de Nuno Silva, en la que Franco admitía no conocerlo.
Lo cual, por otro lado, hubiese sido más lógico. Puesto que la trayectoria profesional de este jugador ha sido poco más que discreta, ya que ha militado en equipos de la Segunda División lusa o de Angola. Ahora le ha llegado la fama, pero no por dar patadas a un balón, sino más bien por pegar un buen resbalón en cultura popular.
A pocas personas se les ocurriría presentarse en un acto público en Italia con la camiseta de Mussolini, o a un simposio en Alemania con la estampa de Hitler grabada en su camiseta, de hecho sería considerado un delito con el que se podría terminar en la cárcel.