belo horizonte - Brasil y Chile se enfrentan esta tarde en un clásico sudamericano en los octavos de final del Mundial, un duelo en el que el anfitrión necesita ganar y seducir a su público ante un rival que cotiza al alza tras su actuación en la fase de grupos.

El estadio Mineirao de Belo Horizonte será el escenario del primer choque de octavos, un partido en la cúspide entre el Brasil de Neymar y el Chile de Alexis Sánchez, que ya dejó en la cuneta a España y ahora busca escalar a cotas mayores.

Brasil encara el duelo con la obligación de ganar, convencer a su hinchada y demostrar que Neymar también puede ser decisivo ante defensas cerradas y equipos que presionan en campo contrario.

Ante Chile el técnico Luiz Felipe Scolari pretende ser fiel a su estilo, con un especial cuidado al orden defensivo, e intentar dar un paso más en la evolución del juego de la Canarinha, que en la fase de grupos no ha estado a la altura de lo que se espera del principal candidato al título.

En ataque Scolari mantendrá su esquema de los últimos partidos, con Fred fijo en el área contraria y dándole libertad a Neymar, Hulk y Oscar.

La única novedad en la alineación de Brasil será la titularidad de Fernandinho, centrocampista del Manchester City, en el lugar de Paulinho.

Tampoco causaría sorpresa si el entrenador coloca a Maicon en el lugar de Alves, una variante que ha probado en los entrenamientos.

Chile llega al partido con el buen sabor de boca de los dos triunfos obtenidos en la fase de grupos ante Australia (3-1) y España (0-2), un balance positivo que solo empañó la caída frente a Holanda (2-0).

El técnico argentino Jorge Sampaoli ha trabajado estos días en absoluto hermetismo para corregir los errores que provocaron la derrota.

Contra Brasil los jugadores chilenos esperan un partido más abierto y dinámico, con un rival con ganas de atacar para deleitar a su público.

Chile tratará de cambiar la historia sin grandes novedades en el equipo que ha sorprendido durante la primera fase. La principal duda de Sampaoli está en la defensa, donde se debate entre la posibilidad de jugar con una línea de tres o de cuatro.

La primer opción le dio buenos resultados contra España pero suspendió ante Holanda. La otra alternativa, la que utilizó contra Australia, es el clásico 4-3-3, con los dos carrileros más atrasados, Vidal en el centro y Jorge Valdivia como falso nueve para mezclar con los delanteros Eduardo Vargas y Alexis Sánchez. - Efe