Alain Laiseka. Vitoria. Esa foto me emociona", dice Xabier Artetxe antes de que se presente en Madrid el Movistar, el equipo de Alejandro Valverde y Nairo Quintana, y posen entre la treintena de ciclistas que integran la poderosa escuadra de Unzue cinco caras que le suenan porque les conoce casi desde que eran niños. Preparador en el conjunto telefónico, el vizcaíno ha visto hacerse mayores a Igor Antón, Beñat Intxausti, Jonathan Castroviejo y los hermanos Izagirre -cinco de los siete vascos del conjunto telefónico en el que también figuran Imanol Erviti y Enrique Sanz-. Dirigió a todos ellos en su etapa de director en aficionados. A Antón, que corre por primera vez con otro maillot distinto al de Euskaltel-Euskadi, el equipo en el que soñó jubilarse y el sueño se le hizo añicos repentinamente, le reclutó Artetxe de juveniles para el Olarra y no olvida lo que le costó que le dijese que sí; a los otros cuatro los guió en el Seguros Bilbao que era una cantera inagotable de talentos que luego dieron el salto a profesionales -además de los corredores que ahora militan en el Movistar, Egoitz García viste el maillot del Cofidis, Omar Fraile y Ramón Domene, el del Caja Rural e Ibai Salas, el del Burgos-BH-. En el Movistar, Artetxe vuelve a llevar la preparación de todos ellos y en el reencuentro le resulta inevitable recordar cómo eran entonces, cuando les conoció.
Igor Antón
"Sigue queriendo disfrutar"
Igor Antón no destacó tanto en su etapa de cadete como en la de juvenil, "cuando dio muestras de la facilidad que tenía para subir". Todos se fijaron en él, pero ninguno fue tan obstinado como Artetxe, que era director del Olarra aficionado, filial de Euskaltel-Euskadi. "Me costó horrores convencerle para que corriera con nosotros. No quería porque en realidad, entonces ya era como es ahora, un chaval al que le gusta estar fuera del alcance de los focos. Por eso prefería correr en un equipo humilde donde pasara más desapercibido. ¡Cuántas horas de teléfono empleé para tratar de convencerle! Le decía que tenía que correr las mejores carreras desde el principio, que el tiempo se iba volando y que no se podía permitir el lujo de perder un año en su progresión. Pero no le convencía. Aún hoy, su aita me recuerda el día que nos reunimos en la sociedad de Galdakao para hablar del tema hasta que, por fin, cedió".
"De aquello, claro, hace muchos años, pero ahora que vuelvo a encontrarme con él veo delante al mismo chaval que quiere seguir disfrutando de la bicicleta. Igor busca reencontrarse. Sigue teniendo en su poder eso tan mágico que tenía antes: le mueven los sentimientos. Se refugia en sus fotos, en la montaña, sus cosas, y así desconecta. Y continúa siendo un ciclista portentoso. Mira que empezó enero algo más retrasado en la preparación que otros y cuando se ha puesto a trabajar -ha huido del frío del norte y se ha refugiado en Canarias- ha evolucionado más rápido que cualquier otro corredor normal. Eso habla de su calidad. Camina hacia el Giro de Italia, que es donde Eusebio Unzue le quiere fresco y fuerte para ayudar a Quintana en la montaña, pero antes debe afrontar la adaptación a un equipo en el que se corre de manera muy diferente a como él ha conocido hasta ahora. Conozco bien este equipo y bien a él y por eso sé que no le costará adaptarse".
Gorka Izagirre
"Un valiente"
"A Gorka le conocí en el ciclocrós, que es donde triunfó su aita, el gran José Ramón Izagirre. Es el ciclista vasco cuya pedalada y manera de desenvolverse sobre el barro más se ha acercado a los belgas y holandeses. Habría triunfado en el ciclocrós, no tengo duda, pero lo ha hecho en la carretera. Siempre ha sido un chico muy maduro. Cuando llegó al Seguros Bilbao lo primero que me sedujo fue que era un ciclista bruto, sin pulir, porque todo lo que había conseguido lo había hecho sin seguir un método. Su calidad era innata. Era bueno, y punto. Y, también, corpulento. Estaba sin pulir, había que bajarle peso y se lo dije. Al de unos días me respondió que su amama le había dicho que si quitaba peso y adelgazaba iba a perder fuerza y que tenía que comer más. Entonces ya contaba con la que sigue siendo su mejor arma: es valiente en el sentido bíblico de la palabra. Mientras le queda un gramo de fuerza en las piernas, está en el frente de batalla. Por eso sé que va a encajar de maravilla en este equipo. Es más, creo que va a realzar sus cualidades".
Jonathan Castroviejo
"Hace de todo y todo bien"
"Fue el mejor junior de su época. Y como tal, el Würth que era filial del equipo de Manolo Saiz le llamó para ficharle. Dudó, lo pensó y una vez que tomó la decisión me llamó y me dijo que se venía con nosotros. Progresó muy rápido, quizás más que cualquier otro ciclista con el que he tenido el gusto de trabajar. Es por su talento, claro, pero también, y mucho, por su mentalidad. Piensa mucho lo que hace, pero cuando toma una decisión, esta es inamovible. Eso quiere decir que está convencido al cien por cien de lo que hace y pone todos los medios para llegar hasta donde quiere. Cree en la metodología del sacrificio y el trabajo estructurado. Habrá pocos ciclistas tan metódicos como él, pero esa cualidad pasa desapercibida porque tiene aire de hombre despistado. Engaña. Aprende a una velocidad increíble. No hay más que ver la manera en la que se manejó en su primer Tour. Ha asimilado el oficio en poco tiempo, pero le queda mucho por recorrer. En ese camino puede definirse como ciclista. De momento, es un diamante por su polivalencia que los mismo lidera al equipo, brilla en la crono o se convierte en el mejor de los gregarios".
Beñat Intxausti
"Ya no es promesa"
"A Beñat, como a Gorka, le conocí en el ciclocross y me encantó la manera tan fina con la que avanzaba sobre el barro. No era un juvenil brillante, pero tenía algo que... Me reuní un día con él en la Sociedad Ciclista Amorebieta, una de las que mejor trabaja en Euskadi, y le presenté mi interés y me propuesta. Escuchó todo el rato y cuando le comenté que cuando se decidiera me llamara, salió de su reserva y me dijo que ya la había tomado. Me llamó la atención esa determinación y aplomo. Desde entonces, nunca he perdido el contacto con Beñat. Le he visto sufrir sobre la bicicleta y en la intimidad y ese sufrimiento le ha hecho un hombre maduro y sereno. Siempre se ha esperado mucho de él y se le ha colocado el listón muy alto. Cuando eso ocurre, cuando hay tantas miradas fijas en una persona esperando que esta alcance cimas inimaginables, todo lo conseguido parece poco. No resulta sencillo rendir en esas circunstancias. Muchos ven en Beñat a un ciclista que en ocasiones ha sido frágil, pero no es cierto. Incluso hay quien promete que se quedará en promesa. Yo le conozco desde que era un niño y desde entonces nunca ha dejado de crecer como ciclista a la vez que la vida le hacía madurar como persona. Puede ser que su progresión no haya sido en ningún momento espectacular, pero nunca ha dado un paso hacia atrás. Con el liderato y la etapa del Giro de 2013 ha llegado más alto que nunca. El chico ya no es una promesa. Es cierto que ha cambiado, es natural, pero todavía tiene la misma mirada sencilla, humilde e introvertida con la que aquella vez en Amorebieta me dijo que ya había decidido su destino".
Jon Izagirre
"La otra mitad de Gorka"
"¡Qué chico Jon! Parecía que todo le daba igual. Corría en el Debabarrena, tenía que decidir lo que hacía al año siguiente y ahí estaba pensando en quedarse, viajar a Italia o venirse con nosotros al Seguros Bilbao. Así estaba, indeciso, hasta que apareció en escena su hermano Gorka y le dijo: 'Tú, aquí (con Artetxe)'. Obedeció. Los dos hermanos se necesitan porque se complementan. Muchas veces, las piernas de Jon funcionan con la cabeza de Gorka. Y, a su vez, Gorka necesita al pequeño a su lado porque se toma las cosas y la profesión con tanta seriedad, es tan estricto, que a veces es bueno que alguien le saque de ahí. Ese es Jon, que le relaja y les quita hierro a los asuntos que para Gorka son capitales. El pequeño es puro impulso. No se detiene mucho a pensar en las cosas, si ha ido mal, si ha ido bien... No se obsesiona. Y no le va mal. De momento, sus límites están por descubrirse. No ha hecho más que llegar y sin destacar en nada, es bueno en todo. Además, tiene margen de progresión en todos los terrenos. Le veo muy arriba, pero ese camino tiene que recorrerlo poco a poco. Llegó sin pulir, sin método de trabajo, y su evolución resultó increíble. Solo estuvo un año en aficionados. Y tardó un año, el primero en el World Tour, en ganar una etapa en el Giro. Jon es un tipo que se siente feliz con lo que le está pasando en la vida. Es de los que prefiere descubrir las cosas según le van ocurriendo en lugar de pensar en lo que puede llegar. E igual no es muy consciente de lo que puede llegar a ser, que es mucho".
El ciclismo vasco se viste de azul
Xabier Artetxe radiografía a Antón, Castroviejo, Intxausti y los hermanos Izagirre, que vuelven a coincidir ahora con el maillot del Movistar
Igor Antón corre por primera vez en un equipo que no es Euskaltel y vuelve a coincidir con Izagirre.
Beñat Intxausti disputa su cuarta temporada con el maillot del Movistar, en el que debuta Jon.
Igor Antón luce por primera vez un maillot distinto al de Euskaltel tras la desaparición del histórico equipo vasco
Los hermanos Izagirre son indivisibles: "Muchas veces, las piernas de Jon funcionan con la cabeza de Gorka"