MUNICH
El fútbol le sigue debiendo muchas cosas a Arjen Robben (Bedum, Holanda, 1984). El deporte que le ha dado fama y dinero no ha sido del todo justo con el habilidoso extremo holandés. Un pilar fundamental en el Bayern de Múnich que lo ganó todo la pasada campaña de la mano de Jupp Heynckes, en la presente temporada, Robben continúa en estado de gracia, cumpliendo un papel fundamental en el súper equipo que ahora dirige Pep Guardiola. Además, el atacante está haciendo goles con suma facilidad, como el sábado, ante el Eintracht Braunschweig, cuando anotó los dos tantos en la victoria de los muniqueses. Sin embargo, todos los méritos contraídos por el holandés no parecen ser suficientes para entrar en las quinielas como uno de los favoritos para hacerse con el Balón de Oro. Robben es un futbolista olvidado.
Autor del segundo gol que sirvió para que el Bayern se hiciera con la victoria en la final de la Champions League ante el Borussia Dortmund en el minuto 88 del encuentro, el nombre de Robben, salvo sorpresa, no estará en la lista de finalistas que hará pública la FIFA el próximo día 9. Quien sí estará, será su compañero de equipo: Franck Ribery. El francés se intuye que peleará por el galardón, convertido en las últimas fechas en una cuestión de estado, con Cristiano Ronaldo y Leo Messi.
No sorprende que Ribery vaya a optar hasta a última hora por el Balón de Oro, pues su rendimiento ha sido óptimo en el último curso, lo que sí resulta curioso es que los técnicos y jugadores que han hecho públicas sus votaciones, a duras penas hayan tenido en cuenta al holandés, sin duda alguna un futbolista decisivo en los éxitos recientes del conjunto bávaro.
Olvidadas las continuas lesiones que hicieron de Robben un jugador de cristal, especialmente durante su etapa en el Real Madrid, el holandés ha hecho méritos más que suficientes para ser considerado como uno de los mejores jugadores del planeta.
Además, con su gol ante el Borussia Dortmund, puso fin también a lo que parecía ser una maldición, pues hasta la noche del pasado 25 de mayo, el atacante holandés había perdido las tres anteriores finales de renombre que había disputado. El fútbol fue especialmente cruel con él en 2010, cuando perdió en un corto periodo de tiempo la final de la Champions ante el Inter de Milán y la del Mundial de Sudáfrica contra España. En 2012, también con el Bayern, el Chelsea les venció a penaltis. A pesar de romper el maleficio, Arjen Robben sigue siendo el futbolista olvidado.