España y Francia reeditarán esta noche (21.00 horas/Cuatro), en la segunda semifinal del Eurobasket, la final de hace dos años. Ha querido el destino que los mismos equipos que los dos equipos que pelearon por el oro en Lituania lo hagan ahora por una plaza en una final a la que da la impresión de que cualquiera de ellos accederá con el cartel de favorito. Al equipo de Juan Antonio Orenga se le presenta un examen de entidad, una prueba de nivel que se antoja como la reválida en la que confirmar las excelentes sensaciones que recuperó en el enfrentamiento de cuartos de final frente a Serbia.
Francia, sin embargo, será un rival mucho más sólido que el combinado dirigido por el veterano Dusan Ivkovic. El combinado galo combina músculo con talento y baila al son que marca uno de los bases más talentosos en la historia del baloncesto europeo. Tony Parker aparece como la principal amenaza para el vigente campeón continental, que tendrá que frenar el caudal de juego del timonel de los Spurs para cortocircuitar a un rival que, en todo caso, presenta más argumentos. Nico Batum, autor de 24 puntos en el amistoso que disputaron ambos equipos en Montpellier, y Nando de Colo, irregular pero sobrado de calidad, aportan cerebro al músculo de un plantel de cuyas rotaciones ha desaparecido por completo el baskonista Thomas Heurtel.
Marc Gasol también tendrá que sudar en la pintura. Francia dispone de un arsenal de jugadores interiores, más rocosos que técnicos, y el poste de los Grizzlies, fundamental para España, necesitará la ayuda de algún otro pívot para equilibrar fuerzas en la pelea por el rebote. La defensa de Parker, que en los ensayos previos al Eurobasket recayó sobre Ricky Rubio y Sergio Llull, será sin embargo el factor clave. A partir de ahí, la selección española tendrá la voz cantante en el duelo.
La aplastante victoria ante Serbia acalló en cierto modo el runrún que ensombrecía el ambiente en torno al combinado español. No obstante, subsisten algunas dudas. El equipo de Orenga no ha sido capaz todavía de obtener la victoria cuando ha alcanzado el final de un partido con el marcador apretado. Eslovenia, Grecia e Italia exhibieron más templanza en los momentos de la verdad, en los que se ganan los partidos, en los que se reparten los títulos. Y eso sigue siendo preocupante, más allá de que España sea capaz de pisotear a cualquier oponente.
Hoy es el día para que Rudy, Llull, Calderón, Marc Gasol o Sergio Rodríguez, este último genial ante los serbios, demuestren que pueden asumir el papel de verdugo que tantas veces han interpretado Pau Gasol y Juan Carlos Navarros, ausente y añorados. España, por supuesto, tratará de jugar la baza de su defensa, descomunal en el torneo (61 puntos por partido), para romper el encuentro y sentirse cómoda. Ante Francia no será fácil. Será entonces cuando el equipo de Orenga, y sobre todo sus principales estrellas, se enfrenten al examen definitivo.