ESLOVENIA Slokar (2), Balazic (3), Blazic, G. Dragic (18) y Z. Dragic (12) -equipo inicial-, Lakovic (7), Joksimovic, Muric (6), Nachbar (14), Lorbek (5), Vidmar (5) y Begic (6)..

ESPAÑA Rudy (5), Rodríguez (7), Claver (3), Llull (2) y Gasol (17) -equipo inicial-, Aguilar (5), Rey (3), Calderón (14), Ricky (6), San Emeterio (3) y Mumbrú (4).

Parciales 9-14; 16-19; 27-18; 26-18.

Árbitros Fernando Rocha (POR), Milivoje Jovcic (SRB) y Jurgis Laurinavicius (LIT). Sin eliminados.

Pabellón Arena Celje. 4.710 espectadores.

celje (eslovenia). España, vigente campeona de Europa, se enredó anoche en un duro partido, casi una batalla, que le propuso Eslovenia, y no pudo solventar la papeleta ni en defensa ni en ataque, por lo que acabó perdiendo por 78-69.

La derrota, dolorosa como es natural, no significa realmente nada, aunque seguro que es analizada por los responsables técnicos españoles en el día de descanso que ofrece hoy la competición.

El equipo español salió con el mono de trabajo preparado sabedor de que habría que sudar en la pista ante el anfitrión. Como había advertido el seleccionador Juan Antonio Orenga, Eslovenia salió a intentar conseguir un marcador bajo, porque así aumentaban sus opciones.

Lo que no pudo evitar el equipo local, pese a emplearse sin contemplaciones, fue parar a Marc Gasol, auténtico eje del equipo en ataque y defensa. Pese a los problemas, España se fue al primer alto con un 9-14 en el marcador y con Marc Gasol con 6 puntos, 4 rebotes y la vitola de líder.

Españoles y eslovenos mordieron en defensa haciendo muy complicado el trabajo ofensivo, lo que permitió a los anfitriones recuperar el marcador y ponerse por delante (20-19, minuto 15). Entonces aparecieron los galones de José Manuel Calderón con dos triples como dos dagas, con el remache de Marc con otra canasta.

Ocho puntos, un 0-8, que plantó un 20-27 en el marcador y dejó bien claro a Eslovenia que no podía descuidarse un solo segundo. Al descanso, 25-33, y la sensación de que habría que seguir trabajando. Eslovenia, arropada por sus aficionados, ofreció el ciento diez por ciento de su juego y potencial físico, mientras que el equipo español, de nuevo embarrado por la falta de acierto, salvo Calderón que anotó los tres triples que intentó, aceptó la lucha cuerpo a cuerpo en defensa, confiando en su mayor calidad técnica.

dos cuartos llenos de espino Pasar bloqueos se convirtió en pequeñas hazañas en un bando y en otro, y conseguir un tiro limpio, en la conquista de El Dorado. El mediano de los Gasol, con 8 puntos y 7 rebotes, dejó claro quién manejó el partido hasta ese momento.

El paso por vestuarios fue sólo una pequeña tregua para renovar fuerzas y volver a la batalla. Golpe por golpe en cada bloqueo y punto por punto, el equipo español fue salvaguardando su ventaja en el marcador, conocedor a estas alturas de que la victoria no se decantaría hasta el final y de que habría que mantener la concentración y la sangre fría.

Eslovenia volvió a acercarse, 39-42 y 44-45 para volver a dominar en el marcador a falta de un minuto para el final del tercer cuarto (48-47), justo cuando Marc Gasol tuvo que tomarse un respiro.

Al final del tercer cuarto, las espadas en todo lo alto y un 52-51 favorable a los eslovenos. La batalla se trasladó tras la línea de 6,75 metros, al inicio del periodo final, y cuatro triples, dos por bando, Aguilar y Calderón por el español, se encargaron de poner más madera en el horno. A falta de cinco minutos el marcador no pudo ser más parejo, 65-65.

La selección española no cambió su manera de jugar, siguió creyendo en sí misma, en su saber hacer y en las bases que la hicieron campeona en los dos europeos anteriores.

Con el reloj volando hacia el final y los eslovenos abonados al acierto en el tiro exterior, el final se convirtió en una auténtica locura en la grada, que festejó la victoria como algo realmente especial.