sOLO son unos adolescentes, pero ya han sido lanzados al deporte de adultos, a la obligación de tener que comportarse como profesionales y abrazarse al resultado antes siquiera de tener edad para asimilar la victoria o la derrota. El tópico los califica de niños prodigio y van más allá de esos infantes con habilidades curiosas y superiores a las que corresponden con su edad y que pueblan los vídeos de youtube para alimentar el sensacionalismo. Algo que hasta hace poco se consideraban fenómenos irrepetibles como Ricky Rubio, que debutó en la ACB con 14 años, o Gisela Pulido, campeona del mundo de kitesurf con 10 años, ha sobrepasado la categoría de anécdota. En los Juegos de Londres surgieron la lituana Ruta Meilutyte (15 años), la china Ye Shiwen (16 años) o la mexicana Alejandra Orozco (16 años) para lograr medallas en la piscina, pero desde entonces los casos se han multiplicado.

El más llamativo es el de Ye Wo-cheng. Este niño chino de 12 años se convirtió hace unos días en el jugador más joven que debuta en el circuito europeo de golf al disputar el Abierto de China. Curiosamente, Ye batió el récord de precocidad de su compatriota Guan Tianlang, que el año pasado había jugado en el mismo torneo con 13 años. Guan no se ha conformado con eso ya que el mes pasado hizo historia de nuevo al ser el más joven debutante en el Masters de Augusta con 14 años. Además, pasó el corte, lo mismo que ha hecho posteriormente en otros dos torneos a los que, por su condición de amateur, accedió invitado por la organización. Esto ha llevado a la conclusión de que el chaval es muy bueno, pero también a preguntarse si no debería estar en la escuela, como ocurre con todos los chicos que a esta edad aparecen como el futuro tal o el nuevo cual.

El golf, ese deporte que exige una gran madurez mental, ha alumbrado otro prodigio femenino. Lydia Ko, neozelandesa de ascendencia coreana, es a sus 15 años la 21ª del ranking mundial y fue la más joven ganadora de un torneo de la LPGA, el circuito estadounidense para mujeres. Ko empezó a destacar ya con 12 años y su registro como ganadora más precoz de un torneo profesional fue roto por la canadiense de 14 años Brooke Henderson. La neozelandesa sigue siendo amateur y asiste a un high school y dice que el trabajo duro "aunque a veces es aburrido acaba dando frutos y eso sí es divertido".

14 años tiene también la gran esperanza del tenis surcoreano. Duck Hee Lee ya figura en el ranking de la ATP, aunque en un puesto muy profundo, después de destacar en los torneos Future de Asia. Este deporte propicia un temprano ingreso en el profesionalismo, pero en el caso de Duck Hee Lee concurre otra circunstancia especial: el muchacho es sordo. "No escucho a los jueces, sobre todo cuando cantan out, por lo que a veces sigo jugando aunque hayan mandado repetir el saque. Es un poco difícil, pero nada especial", dice sobre una discapacidad que en el tenis influye más de lo que parece ya que no escuchar el sonido de la bola impide discernir la velocidad a la que viaja y anticiparse en la reacción.

Las artes marciales también tienen otro fenómeno infantil. A Reshat Mati le apodan el oso albanés, pese a tener solo 13 años. Sin descuidar sus estudios, este chico estadounidense de ascendencia albano-kosovar entrena cinco veces a la semana en kick-boxing, muai-thai y jiu-jitsu y, además, en boxeo. Así, domina el circuito aficionado de Estados Unidos en el que acumula 22 cinturones de campeón en distintas especialidades y se encamina con paso firme hacia el profesionalismo. Su padre Adrian, exboxeador, dice que Reshat "nació como un luchador", de hecho recuerda que "cuando era un niño, tenía facilidad para pegar puñetazos".

muy rápidos Los dos deportes reyes del olimpismo han ofrecido reciente notoriedad a otros dos adolescentes. Desde Japón amenaza con dominar la velocidad Yoshihide Kyriu, que con 17 años igualó hace unas semanas el récord del mundo junior de los 100 metros que tenía Darrel Brown con 10.01 segundos. Al atleta nipón aún le queda un año junior por delante, pero sus marcas en el hectómetro y el doble hectómetro ya le equiparan con las que lograban a su edad Usain Bolt, Yohan Blake o Christophe Lemaitre.

También en la piscina puede surgir una futura estrella. Los trials mundialistas de Australia dejaron ver a muchos jóvenes de gran nivel, pero fue en los campeonatos de edades de Adelaida donde llamó la atención Kyle Chalmers, un chaval de 14 años con una de las cualidades precisas para la natación: tiene un 49 de pie. En esa cita marcó los tiempos más rápidos de la historia a su edad, tanto en los 50 libre (23.17) como en los 100 (50.86), con lo que tiene varias estelas que seguir. Alexander Popov, Gary Hall, James Magnussen, Pieter van den Hoogenband o el actual campeón olímpico de 100 metros, Nathan Adrian, no nadaron tan rápido a los 14 años. Kyle Chalmers apunta alto, pero como los demás debe romper la barrera de la máxima responsabilidad, del paso de niños a adultos.

1. Reshat Mati, el 'Oso albanés'. 2. Tianlang Guan, en Augusta. 3. Ye Wo-cheng, el niño que debutó en el circuito europeo. 4. Lydia Ko, con uno de sus trofeos. 5. Duck Hee Lee, el tenista sordo. 6. Yoshihide Kyriu celebra su récord mundial. 7. Kyle Chalmers muestra sus pies de talla 49.

Ye Wo-cheng debutó en el circuito europeo de golf con solo 12 años y superó a otro chino, Tianlang Guan