LONDRES. El Real Madrid selló ayer una plaza en la final de la Euroliga de mañana, en la que se medirá al Olympiacos griego, después de derrotar al Barcelona Regal por un ajustado 67-74 en la segunda de las semifinales de la Final a Cuatro, que se disputa este fin de semana en el O2 de Londres.

El último enfrentamiento entre madridistas y azulgranas en una Final Four data de 1995, año en el que el club blanco logró la que sería su última corona europea, al imponerse en la final al Olympiacos griego, su rival de mañana, por 73-61.

Comenzó el Barcelona muy bien plantado sobre el parqué de un O2 Arena de Londres casi lleno, demostrando su mayor experiencia en las Finales a Cuatro. Los de Laso, muy nerviosos, no encontraban la forma de atacar a un conjunto azulgrana muy sólido defensivamente y que se apoyaba en la solidez de Ante Tomic, que cambió de bando el pasado verano, bajo los aros.

Los blancos finalizaron el primer cuarto con un ridículo 15% de acierto en los tiros de dos, lo que llevó a los de Xavi Pascual a gozar de una ventaja de siete puntos al término de los diez minutos iniciales (18-11, m.10), en los que daba la impresión de que el Madrid estaba pagando un exceso de ansiedad. Las cosas cambiaron cuando Laso movió el banquillo y dio entrada al hombre que cambiaría el rumbo del choque.

La reacción blanca no se hizo esperar desde el mismo instante en el que el preparador vitoriano decidió jugar con dos bases: Sergio Llull y Sergio Rodríguez. Fue el Chacho quien despertó y reactivó a los suyos, que redujeron la desventaja y se colocaron a tan solo un punto (23-22, m.14). Las cosas habían cambiado mucho.

El Barcelona, sin respuesta desde el banquillo, no sabía cómo frenar al base canario, que se divertía y asistía a placer a sus compañeros (seis asistencias al descanso). Navarro y Tomic (18 puntos y 12 rebotes) eran los únicos que sostenían a los suyos en el partido, mientras que el esloveno Erazem Lorbek, llamado a guiar a los azulgranas, estaba totalmente desaparecido. Siguió así todo el partido.

El duelo estaba loco y el Real Madrid reinaba en la locura. No fue hasta el minuto 17 cuando los de Laso consiguieron su primera ventaja en el encuentro, merced a un triple de Rodríguez, que remataba una entrada en el partido excepcional y decisiva.

El Barcelona se descomponía sin Navarro en pista y los blancos se marcharon al descanso con su mayor ventaja del encuentro (33-39, m.20). Pero aún habría tiempo para que el partido diera alguna vuelta más. Y fue Xavi Pascual quien encontró el remedio para volver a poner a su equipo por delante.

El Barcelona se colocó en zona tras la reanudación, lo que atragantó al Real Madrid en ataque, que no conseguía responder a las embestidas de los azulgrana. Sobre todo porque Sergio Rodríguez seguía en el banquillo en ese tercer cuarto.

Para sorpresa de todos, mediado el tercer cuarto, Pascual introdujo al tocado Nathan Jawai, que apenas pudo dar dos minutos de merecido descanso al croata Ante Tomic, jugador más destacado del Barcelona. El tercer cuarto concluyó con 51-48 para los azulgrana, tras dejar al equipo madrileño en unos ridículos 9 puntos. El brasileño Marcelinho Huertas, fiel a su cita ante el Real Madrid, apareció, y, gracias a un triple a una pierna desde más allá de los siete metros, dio a su equipo una ventaja de ocho puntos (56-48, m.31).

Con la vuelta de Rodríguez a pista y a la aparición de Felipe Reyes, los blancos endosaron un parcial de 17-2 al Barcelona, que no conseguía hacer frente a las embestidas de su rival. El mayor acierto de los de Laso en los últimos minutos fue clave para sellar su pase a la final. Dieciocho años después, de la mano de un Pablo Laso que confirma su duende como entrenador, el Madrid volverá mañana a disputar una final europea.

BARCELONA Huertas (19), Navarro (9), Ingles (5), Lorbek (6) y Tomic (18) -quinteto inicial- Sada, Abrines, Jasikevicius (6), Todorovic (2), Rabaseda, Jawai y Wallace (2).

REAL MADRID Llull (13), Rudy Fernández (8), Suárez (6), Mirotic (6) y Begic (4) -quinteto inicial- Draper, Reyes (17), Sergio Rodríguez (12), Carroll (2) y Slaughter (6).

Parciales 18-11, 15-28, 18-9, 16-26.

Árbitros Luigi Lamonica (ITA), Ilija Belosevic (SER) y Elias Korominas (GRE). Sin eliminados.

Pabellón O2 Arena. 13.193 espectadores.