VITORIA. Los peores presagios se cumplieron. Pablo Berasaluze sufre una rotura total del tendón de Aquiles de su pierna izquierda, lesión que le obligará a pasar por el quirófano y que le mantendrá alejado de los frontones durante un periodo aproximado de seis meses, según el parte médico que emitió ayer su empresa, Asegarce. El delantero de Berriz sufrió el fatal percance el domingo durante la disputa de la final del Campeonato de Parejas de la LEP.M, cita de la que se vio obligado a retirarse cuando perdía, en compañía de Jon Ander Albisu, ante Irujo y Zabaleta (4-6), campeones por el triste (y a la vez emotivo) abandono de Berasaluze II.

El berriztarra se sometió ayer a una resonancia magnética en la clínica Quirón de Vitoria, prueba que confirmó el pronóstico pesimista que, tras una primera exploración, ya realizó el mismo domingo el médico de Asegarce, Íñigo Simón. Pablo Berasaluze tiene roto el tendón de Aquiles y a finales de esta semana pasará por el quirófano. Hoy tiene previsto someterse al preoperatorio y la intervención quirúrgica se llevará a cabo el jueves o el viernes. En principio, el pelotari deberá permanecer 20 días en reposo tras la operación y, a partir de entonces, iniciará una rehabilitación que los médicos estiman que tendrá una duración de aproximadamente medio año. Es decir, que deberán pasar seis meses para que Pablito pueda volver a vestirse de blanco en un frontón.

Berasaluze II acudió ayer a Vitoria para pasar un reconocimiento del que no se esperaba nada bueno. Para pasar el mal trago, el berriztarra contó con la compañía de su amigo y botillero Josetxu Areitio y también del médico de Asegarce, Íñigo Simón. El delantero vizcaíno acudió a la cita con muletas y con el tobillo izquierdo inmovilizado. Al salir de la consulta y ya conocedor del alcance exacto de la lesión, Berasaluze II volvió a evidenciar claros síntomas de abatimiento y emoción. Sin poder contener las lágrimas, como quedó patente en las imágenes que ofreció ayer ETB, el pelotari volvió a agradecer todas las muestras de apoyo que recibió: las de familiares, amigos, compañeros y también las de otros deportistas que se acordaron de él en unos momentos tan complicados.

A Berasaluze se le escapó el domingo la posibilidad de disputar al completo la segunda final de su longeva carrera profesional. Por pura mala suerte. Una lesión que compromete seriamente su futuro como pelotari, pero ante la que el berriztarra no se amilana. Tras pasar revisión médica, confirmó lo que él mismo y los médicos vaticinaron, pero prometió pelear por volver a las canchas. Incluso a una final.