Barcelona. Javier Mascherano y Sergio Busquets participaron ayer en el entrenamiento del Barcelona, aunque lo hicieron al margen de sus compañeros, con la esperanza de recibir el alta para jugar el miércoles contra el Bayern. El concurso de ambos es fundamental para un Barça que empieza a armarse poco a poco para una cita que se presenta harto difícil después del 4-0 que encajó en la ida, aunque en el barcelonismo se respira otra atmósfera después del partido en Bilbao (2-2), donde la estrella del equipo, Lionel Messi, marcó un gol y demostró que está en buena forma.

Busquets no participó en ese partido por unas molestias en el pubis y su posición la ocupó un Alex Song que cuajó una gran actuación. Mascherano, inmerso en una recuperación un poco más larga, debido a una rotura del ligamento lateral interno de la rodilla derecha que se produjo en la ida del PSG-Barça, parece estar cumpliendo los últimos días de baja.

La recuperación del argentino, reconvertido en un central de mucha calidad, le resultaría al Barça determinante, debido a las lagunas que está manifestando el equipo catalán en defensa en este último tramo del campeonato, con el partido de San Mamés como nuevo exponente de la debilidad de la zaga.