tuve la oportunidad de ver el partido del pasado viernes en vivo desde las gradas del Buesa Arena y se me hace muy difícil determinar por donde empezar el análisis. Cuando juegas contra equipos como el Olympiacos la posibilidad de salir derrotado es una opción real. Eso no es nuevo. Pero nunca piensas que pueda materializarse de esta manera. Estoy seguro de que las críticas tanto hacia los jugadores como hacia el entrenador van a ser feroces. No recuerdo en todos mis años que la gente se fuera del pabellón tan disgustada. Algunos se fueron antes de que finalizara y a los que se quedaron les costó levantarse de sus asientos. El sentir general reflejaba que la imagen que ofreció el equipo en su propia casa no es en absoluto asumible. Y mira que en el inicio se les vio muy metidos en el partido haciendo un parcial de 5-0. Pero tras ese primer arreón, se empezaron a ver los verdaderos problemas de este equipo, a las primeras desventajas en el marcador, el equipo de Dusko se vino psicológicamente abajo. Bajaron los brazos. Desde el banquillo se probaron todo tipo de quintetos, con dos bases, cuatro pequeños, dos pívots grandes... Pero sin ningún resultado. Un pívot pequeño como Hines optimizando todos sus movimientos fue una auténtica pesadilla para los pívots baskonistas. El Olympiacos supo desactivar una de las mejores armas baskonistas, que es el pick and roll. Y lo hizo de la forma más sencilla. Haciendo que el defensor del hombre-balón pasara por detrás del bloqueo. Tácticamente esa defensa es inviable con jugadores como Spanoulis, Navarro o Diamantidis, porque se te apantallan y tiran tan bien tras bote como de balones cambiados. Lo que pasa en el baloncesto actual es que cada vez hay menos jugadores que sean capaces de tirar tras bote, y por lo tanto ante estas defensas se sienten limitados. Los jugadores nombrados el problema que tienen es que ganan por encima de tres millones de euros. Y a eso el Caja Laboral no llega. Hoy en día Dusko no confía en ninguno de los tres bases que tiene y eso se ve en la infinidad de rotaciones que realiza con ellos en cada partido. Se ve a un equipo que está echando en falta un director de juego sólido y que haga jugar al resto de sus compañeros. Pero todo esto hoy no importa. Serán cuestiones de la secretaría técnica, que tendrá que valorarlas y gestionarlas. Hay un problema más profundo y es que el equipo ha tocado fondo a nivel mental. Y también se ha podido ver que ante la necesidad imperiosa de tener que ganar para no quedarse fuera del Top 16, tampoco ha sabido gestionar esa presión. Todavía matemáticamente hay posibilidades de pasar de ronda y a ello nos tendremos que agarrar desde el punto de vista deportivo. Pero el equipo va a tener que solucionar un montón de problemas internos para ofrecer una respuesta acorde con el historial del club. Vi a un Dusko tocado y muy solo. Y a todos esos que le critican les diría que un entrenador que hace unos años era Dios ahora no puede ser el culpable de todos los males. Son momentos difíciles. El equipo tiene que asumir las críticas. Tomar decisiones firmes. Planificar metas a corto plazo. Intentar recuperar la sonrisa y las ganas de mejorar. No permitir que las críticas afecten negativamente y asumir responsabilidades. No perder la esperanza, pero para ello habrá que hacer esfuerzos notables y claros. No importa lo que quiera o diga el resto, sino ser honestos y objetivos y no dejarse manejar por la opinión pública. Desgraciadamente en el mundo profesional no todos son días de rosas. También hay momentos muy agridulces como el que le está tocando vivir al Baskonia.