REAL MADRID Suárez (3), Rudy (20), Mirotic (17), Llull (16), Begic (2) -quinteto inicial-, Draper, Rodríguez (4), Slaughter, Reyes (10), Carroll (8) y Pocius (18).

BIZKAIA Zisis (7), Rakovic (9), Mumbrú (16), Hervelle (15), Vasileiadis (12) -quinteto inicial-, Pilepic, Hamilton (16) y Grimau (9).

Parciales 28-20, 25-21, 25-21, 20-22.

Árbitros Pérez Pizarro, Araña y Sánchez Mohedas. Felipe Reyes (m.35) y Grimau (m.39) fueron eliminados.

Pabellón Palacio de Deportes de Madrid, ante 8.094 espectadores

Madrid. El Real Madrid acabó friendo a triples a los hombres de negro, a los que venció por 98-84 tras endosarles 18 triples con un 53 por ciento de efectividad, lo que le permite seguir siendo el único equipo invicto de la competición. El Madrid decidió asar a triples a los bilbaínos y prácticamente lo consiguió en el primer cuarto con 8 aciertos de 13 intentos, en un casi increíble 62 por ciento de efectividad.

Pero tan bien le funcionó el tiro de larga distancia al Madrid que casi se olvidó de todo lo demás. De defender, de jugar balones interiores, de que cerca del aro es más fácil conseguir puntos. Todos los jugadores se quisieron sumar a la fiesta que encabezó Sergio Llull con tres, Rudy y Mirotic con dos y Carlos Suárez con un triple. El 28-20 del final de los primeros diez minutos de juego quizá no reflejó exactamente el poco compromiso defensivo de ambos equipos.

La fiesta no continuó en el segundo periodo. Al contrario, el Bizkaia enseñó las uñas y con un 0-8 en apenas dos minutos equilibró el marcador a 28. Entonces apareció la figura de Martinas Pocius para anotar 15 puntos en 9 minutos y devolver la ventaja a su equipo. El lituano anotó 3 de 4 triples, 4 libres sin fallo y uno de los tres tiros de dos que intentó, además de 2 rebotes. Fue el auténtico dueño y señor del cuarto, que finalizó con 53-41 favorable al Real Madrid, que, por momentos, también intentó defender.

La ausencia de Raúl López, lesionado, en las filas vizcaínas se deja notar mucho y aunque Mumbrú y Grimau tratan de tirar de galones y veteranía, se echa en falta un director, toda vez que Zisis no acaba de convencer y Vasileiadis está para anotar, no para crear. El Madrid apenas bajó el pistón de los triples con 11 de 19 (58%) al descanso. Faltaba Rudy por adquirir protagonismo, que aprovechó la transición del tercer cuarto para erigirse en el máximo anotador de ese período con diez puntos, que el Madrid finalizó con un 78-62 que prácticamente sentenció la victoria.

El porcentaje de aciertos en el triple bajó hasta un 54 por ciento (14 de 26), aunque nada preocupante porque el Bizkaia fue a tirones y cuando se acercó en el marcador tampoco pareció ser un temible rival. En el último periodo los bilbaínos intentaron con un 0-6 en los primeros dos minutos, 80-70, llegar con opciones a un hipotético final igualado, pero Pablo Laso pidió tiempo muerto para recordar a sus jugadores episodios anteriores, que si bien finalizaron de forma positiva sembraron dudas en el equipo y la afición. La cosa no fue a mayores. El Madrid consiguió una cómoda victoria, la séptima, que le permite seguir siendo el único invicto.