Brañillín. Por la mañana en el desayuno, mientras mastica una palada de cereales con leche en su hotel de Gijón, Antón le pide con cierta resignación a lo que queda de Vuelta que le permita subir tres peldaños en la general, hasta el séptimo o por ahí, que es lo que tiene ahora en la cabeza.

Por la tarde llega agotado, "sin un gramo de fuerza", hasta el Cuitu Negru, y conquista algo de lo que pide. Tras los dos fugados, Cataldo y De Gendt, las tres bestias, Purito, Contador y Valverde, y Nairo Quintana, el escalador irrumpe en la cima asturiana tras un días extenuante y saca un poco de tiempo a los rivales que tienen por encima en la general. No es mucho, pero algo rasca al final Antón en la montaña que le sirve para escalar un puesto en la general y colocarse noveno.

Es un saltito y está a dos de la meta que se marca ahora, el séptimo puesto que ocupa el sorprendente Talansky, un americano de 23 años, con 43 segundos de ventaja. Laurens Ten Dam, octavo, le lleva once segundos. Gesink, sexto e inalcanzable, 1:43. "Hemos subido un puesto en la general, además de acercarnos en tiempo al resto, y ver si puedo subir más, aunque va a ser muy difícil", dice el de Euskaltel, que habla de una etapa dantesca, "la más dura de toda mi vida", y de que no se puede reprochar nada, ni a él mismo ni al equipo, que se vacío en el camino, tiro cuesta arriba en La Cobertaria con Astarloza, Txurruka y, excelso, Mikel Nieve, y en el llano antes de Pajares con Oroz y Sicard. "A quien da todo no se le puede pedir más y he acabado vacío", proclama Antón, que, de todas maneras, echa de menos ese puntito más de fuerza, la sexta marcha. "Hay gente más fuerte que yo y llegando con ellos es muy complicado sorprender, pero había que intentarlo. Hemos hecho nuestra carrera, con personalidad, y hemos tratado de jugar nuestras cartas. Hemos sido un equipo valiente y hemos apostado fuerte", zanja Antón, que mira ahora a la Bola del Mundo, la etapa por la Sierra de Madrid, como última oportunidad para escalar posiciones en la Vuelta. Su equipo, de todas maneras, sigue pensando en un triunfo de etapa para el que tiene todo un equipo en condiciones de lograrlo. Tras la etapa del Cuitu Negru también sube un par de escalones Beñat Intxausti, que estuvo junto a Valverde hasta que Contador aceleró antes de la cima de Pajares, acabó undécimo y se coloca decimosegundo en la general a 1:21 del décimo puesto de Nicolas Roche, fundido ayer.