Vitoria. Días de ilusión, de tensión, de incertidumbre. Días de morderse las uñas, de mirar constantemente al reloj, de aplacar los nervios. Días de preparar, de recordar, de memorizar. Jornadas que son vísperas de días de gloria. Llodio afila las garras porque su equipo, el Laudio, tiene ante sí una oportunidad histórica de ascender a Segunda División B por primera vez en su historia. El único escollo en el camino de los alaveses hacia la categoría de bronce es el Ourense. Mucho hueso, pero los laudioarras se han transformado durante esta semana en auténticos lobos que esperan dar el primer zarpazo a la eliminatoria mañana mismo en la apertura de esta serie sobre el césped de Ellakuri.
"Estamos con ganas de que empiece el partido. Nos vemos capaces de superar a un gran rival dentro de una eliminatoria que esperamos que sea dura y larga, pero estamos preparados para afrontarla. Si ascendemos contra este rival, que es duro duro, para nosotros va a ser un orgullo y eso también nos alimenta", explica el entrenador, Ramón Castelo, que ha alcanzado cotas históricas con el club ayalés.
El preparador vizcaíno, aprendiz en su tiempo como ayudante de Carlos Pouso, consiguió el pasado curso la primera clasificación para el play off de ascenso que llevaría a los laudioarras, segundos por aquel entonces, a una eliminatoria de amargo recuerdo ante La Nucía, decidida en Ellakuri con un gol de los alicantinos en el minuto 94. Apenas un año después, el Laudio llega a la fase de ascenso como campeón del complicadísimo grupo vasco y con la opción de subir en una sola eliminatoria.
"A cualquier primero que le preguntes ahora no te va a decir que viene a disfrutar. Todos queremos ascender porque hemos luchado por ser campeones y nosotros también tenemos el objetivo de ascender. El año pasado lo intentamos con mala suerte y tenemos esa espinita clavada, aunque es una experiencia que tienes para toda la vida. Aquí no puedes confiarte porque hasta que no pita el árbitro no acaba el partido, aunque por muchas veces que te pase te puede volver a ocurrir. Hay que estar preparado, concentrado y hacerlo lo mejor posible", explica el técnico.
La fortuna no fue benévola el pasado lunes con el equipo alavés, que se vio emparejado con uno de los gallitos de la categoría al mismo tiempo que varias teóricas peritas en dulce se cruzaban entre sí. La injusticia de un sorteo y de un sistema de competición extremadamente complejo de cuadrar y que otorga las mismas posibilidades a cada comunidad autónoma.
"Seguro que no hubiéramos elegido al Ourense como rival de entre todos los primeros. Es un equipo de capital de provincia, uno de los clubes que más gente llevará al campo, tiene por detrás una historia importante... Pero bueno, una vez que ya te ha tocado te metes en canción y no hay vuelta atrás y nuestro objetivo es superar la eliminatoria. Es un equipo joven, que juega muy intenso y que tiene jugadores en el centro del campo y arriba con calidad, además de ser un conjunto solidario y de mucho trabajo al que va a ser difícil superar", asegura.
En todo caso, se espera Castelo un rival muy diferente a los que ha tenido como oponentes el Laudio en el grupo vasco: "Cada grupo es un mundo. El vasco es muy fuerte, muy intenso y aprieta mucho. En el gallego, por lo que hemos podido apreciar se intenta jugar más y hay futbolistas de mucha calidad. Además, nos vamos a encontrar con un rival que va a meter cinco mil personas en el campo, algo que aquí nunca nos hemos encontrado".
Para afrontar esta dura eliminatoria, el preparador del Laudio considera que su equipo ha llegado al momento cumbre mejor que el año pasado, primeros, con más puntos y mejores registros en goles marcados y encajados, además de acumular seis victorias consecutivas. "La progresión es muy importante. El año pasado fue buenísimo y conseguimos cosas muy bonitas y generamos ilusión, pero ahora hemos conseguido mejorar todo lo logrado anteriormente y esperamos poner la guinda al pastel con el ascenso", asevera.
Todo ello aderezado por una afición que sacará las garras en Ellakuri para intentar alentar a su equipo a conseguir un hito histórico con el ascenso a Segunda B: "En el pueblo hay una ilusión tremenda por estar por primera vez en Segunda B y ahí tenemos los últimos ejemplos de Amorebieta y Sestao para ver que encima se pueden hacer las cosas bien después de ascender. La afición nos apoyó el año pasado muchísimo. No es un gran número, pero se vuelca y el otro día cerca de trescientos fueron a Hernani cuando nos jugábamos ser campeones y muchos también fueron hasta La Nucía. Esperamos un gran ambiente".