Moscú. El Khimki se proclamó ayer campeón de la Eurocop al derrotar al Valencia Basket, que pese a ir por detrás buena parte del encuentro, nunca dejó de luchar y llegó a igualar el encuentro a falta de dos minutos, pero en ese tramo final el conjunto ruso mantuvo la frialdad y se llevó el título ante un equipo que nunca bajó los brazos.
El choque comenzó tenso, con ambos equipos aplicados en defensa y certificando la igualdad de fuerzas. Zoran Planinic marcó el ritmo del anfitrión, pero la calidad de Rafa Martínez permitió al Valencia aguantar la embestida inicial de los locales y obligar a Rimas Kurtinaitis a arriesgar y hacer regresar a la pista a su pívot Kresmir Loncar pese a sus dos faltas (16-15, m.10).
Con la aportación física de Fridzon y Nielsen, el Khimki encontró el complemento que necesitaba el talento de Loncar y Planinic, que aprovechó su superioridad física para anotar al poste bajo y dar al conjunto ruso sus primeras ventajas (28-19, m.13). El sólido relevo entre Lishchuk y Faverani en la pintura permitió al Valencia mantener la consistencia pese a su falta de fluidez ofensiva. Pero su esfuerzo se vio lastrado por sus múltiples pérdidas de balón, que permitieron al Khimki sacar un buen rédito en forma de canastas fáciles de su constante presión defensiva. Ello, sin embargo, no fue suficiente para romper el partido al descanso (37-30).
El paso por el vestuario cambió el guión del encuentro. El Khimki se confió, fio su suerte a Planinic y el Valencia logró por fin frenar al base croata. Además, aprovechó la ausencia de Loncar para imponer su superioridad bajo los aros gracias a la valentía y el ímpetu de Caner-Medley y Lishchuk (43-45, m.25). Loncar volvió a la pista y el conjunto ruso recuperó la iniciativa pero tampoco el conjunto español bajo los brazos y el choque entró en el último cuarto con todo por decidir (52-50, m.30).
El Khimki metió otra vez en la pista al croata Planinic y, por momentos al Valencia le volvió a faltar concentración y un par de pérdidas levantinas dieron aire al conjunto ruso. Pero Víctor Claver, que ya había metido un triple para reflotar a su equipo, provocó dos faltas seguidas del base croata, forzó su eliminación y los locales se quedaron huérfanos. Tres triples seguidos, dos de ellos de Caner-Medley, aumentaron la presión sobre el Khimki e igualaron el marcador a falta de dos minutos (66-66, m.39). Los moscovitas, en cambio, gestionaron con tranquilidad la presión.