miranda de ebro. "Y ahora empezará a hacer más frío", añade el mismo hombre sin perder la sonrisa en ningún momento. Una sonrisa que encuentra su ser en un equipo de fútbol. "No. Es más que un equipo, es un sentimiento", replica, "un sentimiento que une a toda una ciudad".

El club no es otro más que el Mirandés, un conjunto modesto de la Segunda División B que busca hacer historia y colarse en las semifinales de Copa, en las que previsiblemente se mediría al Athletic que afronta el duelo de vuelta ante el Mallorca con una renta de dos tantos, para lo que deberá vencer esta noche al Espanyol, que en el encuentro de ida se impuso por 3-2, después de remontar un 0-2 en los minutos finales. A pesar del duro golpe, la ciudad no pierde la sonrisa, no quiere escapar del sueño en el que un grupo de futbolistas les ha metido.

Risueño, Ramiro Revuelta, presidente del Mirandés, presume orgulloso de sus muchachos y de su club, el mismo que el próximo 3 de mayo cumplirá 85 años. Saluda y bromea, "poso ya para la foto, ¿o luego en la sede del club?". "Luego, más tarde", se tranquiliza. No tarda demasiado en soltarse: "En todos estos años hemos estado en Regional, en Tercera… y míranos ahora, tuteando a equipos de Primera. Es un sueño poder vivir esto", comenta mientras recorre con DNA las calles de "una ciudad feliz". "Hemos conseguido que la gente se olvide por unos días de la crisis que está sacudiendo duramente a la población. En Miranda vivimos unas 40.000 personas y el 10% de los habitantes está en el paro. La situación es complicada y si el fútbol les sirve para olvidar esos problemas, que siga viva la llama", explica Iñaki Ugarte, uno de los directivos que también se apunta al paseo. "Por ejemplo, el otro día, una persona que solo conozco de vista me paró por la calle y me dio las gracias por todo lo que estamos consiguiendo. No supe qué decirle. Es un hombre que está con depresión y solo pude darle ánimo", añade Ugarte.

La primera parada del paseo tiene lugar en el bar Moon T.V. "Es obligatorio venir aquí", exponen ambos directivos. Adornado con banderas y bufandas del Mirandés, la taberna rebosa pasión e ilusión por unos colores, el negro y el rojo, tanto en los clientes como en quien se encuentra al otro lado de la barra, David, miembro de la peña Komando Kemando, la más antigua del equipo. Incrédulo ante lo que se está viviendo en la ciudad, repite una y otra vez: "No lo esperábamos, la verdad es que no. Ahora que lo estás viviendo eres consciente de ello. Esto deber ser un premio por el buen trabajo que se lleva haciendo desde hace años". Eufórico por el caminar del Mirandés en Copa del Rey, David reconoce no cambiar una eliminatoria ante Real Madrid o Barcelona "por nada del mundo". "A esos dos gigantes es imposible ganarles. Sí, sería bonito, pero yo antepongo lo deportivo y en ese aspecto, aunque también es complicado, es más fácil eliminar al Villarreal, al Racing de Santander o al Espanyol".

PUNTO DE ENCUENTRO La siguiente parada, "también obligada", es un punto estratégico. De nuevo un bar, el Donald, donde la afición del Mirandés se reúne antes de los encuentros del conjunto burgalés. "De aquí, todos al campo", afirma Iñaki Ugarte, que en el transcurso entre taberna y taberna explica los pormenores de un club que "tiene 3.500 abonados, lo que supone una importante masa social".

Dentro del Donald, Roberto, encargado de atender a los clientes, reconoce que "esta semana se está hablando mucho del Mirandés, más que en otras ocasiones. No es para menos". Con la piel de gallina todavía tras lo vivido en Cornellà-El Prat en el encuentro de ida, donde Roberto acudió a animar a los suyos, recuerda que el fútbol les debe una: "El año pasado nos quedamos a cinco minutos de ascender a Segunda A y el otro día habríamos sentenciado la eliminatoria si el árbitro hubiese acertado", lamenta. La visita al Donald termina con la llegada de Villa Maravilla, el hombre del bombo que sueña con hacerlo sonar en San Mamés en las hipotéticas semifinales. "Sería un sueño", admite.

De camino a la sede del club, tanto Ramiro Revuelta como Iñaki Ugarte no paran de recibir felicitaciones y muestras de cariño de los viandantes. "Vamos a jugar la final", grita un grupo de jóvenes ante el mensaje de calma del presidente: "Todavía queda mucho". De la sede cuelga desde hace varios días el cartel de No hay billetes aunque los socios que van a recoger las suyas (aseguradas por parte del club a un precio de 12 euros) forman colas ante la gran demanda, mientras los menos afortunados se dirigen a Revuelta solicitando alguna entrada: "No hay, no queda sitio casi ni para acreditar a los periodistas", asegura.

"ESTO ES ANDUVA" Como si del mítico estadio de Anfield se tratase, donde los rivales del Liverpool son recibidos bajo el lema This is Anfield, en el campo del Mirandés, la última parada, reza un cartel con el siguiente motivo: "Esto es Anduva". "La idea se nos ocurrió hace unos dos años", relata Iñaki Ugarte mientras la plantilla del Mirandés abandona el campo tras la sesión de entrenamiento. Fuera, en el aparcamiento, una decena de aficionados aguarda impaciente la salida de sus nuevos ídolos. "Parecemos jugadores de Primera", relata el bilbaíno Antxon Muneta mientras firma una camiseta del Mirandés, un equipo, de una ciudad, Miranda de Ebro, a la que el fútbol ha colocado en el mapa y que buscará hacer historia colándose en la semifinal de Copa.